​Con la Fuerza de la Razón

|


Luis Riveros

El gobierno ha llamado a un acuerdo nacional en pro de una agenda-país en cinco áreas cruciales. Nadie podría negar, por ejemplo, la enorme prioridad que tienen asuntos como la situación en la Araucanía, la seguridad ciudadana y la necesidad de urgentes políticas en pro de la infancia más desvalida. Naturalmente, muchos verán aquí la oportunidad de un progreso significativo para el país, y también de lograr objetivos que harán lucir a toda la clase política por encima de banderías y disensos poco trascendentes. También muchos verán la oportunidad de hacer “oposición” sin que ello trasunte visiones alternativas y propuestas que se opongan a los planteamientos del gobierno. Con esto perderá el país, y también continuará el ya reconocido desprestigio de la clase política. Un señor diputado manifestó hace pocos días: “Estoy en contra…no tengo los argumentos” con lo cual ha contribuido a develar no sólo un ánimo poco constructivo sino que colaborativo al descrédito de que goza el Parlamento y sus integrantes.


La política en las actuales circunstancias del país no puede seguir siendo un terreno de puras emociones, sino que debe primar en ella la razón. Para unos, en orden a consolidar sus propuestas de cara a la ciudadanía que los apoyó para convertirse en gobierno. Para otros, la necesidad de construir una base de razón a sus posiciones en materias tan importantes para el país y para cada uno de los chilenos. Los pronunciamientos deben basarse en la razón, y deben mirar al horizonte de largo plazo, donde se construya paz para Chile, un mejor futuro para todos nuestros niños y donde la seguridad sea efectivamente un derecho ciudadano garantizado.


El país no es “reality show” en que se mueven situaciones que se aplauden o repudian para responder solamente a la mirada de un público interesado, aunque sin horizontes en cada temática desarrollada. Por el contrario, es un país real en que debe tomarse decisiones seriamente, no en forma improvisada, y con un horizonte de tiempo que se proyecte a hijos y nietos. Por eso el llamado es oportuno y bienvenido, y lo responsable sería acometerlo en el campo de la razón para empujar con fuerza los ideales de todos y de cada uno.


Luis A. Riveros

Universidad de Chile

europapress