​Libertades, igualdades y pacto tributario

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Vicente Furnaro

El resultado electoral reciente, nos indica que hacia el 2030 veinticinco años se cumplirán de alternancia sucesiva entre izquierdas y derechas al mando de la conducción del Gobierno. Y es que más que optar por una u otra forma de pensar el País al que aspiramos, parece que los chilenos simplemente plebiscitan al encargado de turno, sancionándolo con dureza de acuerdo a sus necesidades y anhelos coyunturales. La historia de este cuarto de siglo recorrido demuestra que nos dirige esa frágil volatilidad.


Ese recorrido explica el enorme paño de parches tributarios añadidos por unos y otros en el que se sostiene hoy el sistema impositivo chileno. Esa fútil alternancia de la que se alimenta nuestra clase política ha impedido la construcción de un pacto fiscal de largo plazo que sea capaz de sobrevolar la instantaneidad de anhelos y la urgencia de necesidades.


Y es que un pacto tributario en serio requiere consensuar y poner en orden sus propósitos de incentivo a la generación de riquezas versus aquellos de progresividad y reparto. Libertad para generar valor versus esfuerzos para redistribuirlo. La herramienta tributaria hace carne la continua disputa entre libertades e igualdades. Razón tenía T.Piketty al advertir que “Los impuestos no son asunto técnico, sino eminentemente político y filosófico.


Ciertamente la historia moderna muestra que la libertad tiende a convertirse en tirana y la igualdad en un imposible conseguible solo despóticamente. Entonces, ¿Con cuál comenzamos?, ¿será una condición de la otra? ¿Cuáles son entonces las prioridades y acentos de cualquier medida tributaria que forme parte de un pacto de mayor alcance?


La histórica activista y escritora escocesa Frances Wright, hace más de doscientos años advertía que "la igualdad es el alma de la libertad; De hecho, no existe libertad sin ella". Sin igualdad ante la ley y en oportunidades, algunos tienen más libertad que otros.


Es que la falta de igualdad lesiona directamente las posibilidades de libertad. Si bien la vociferación de turno de los ideales libertarios ha pasado a ser una herramienta política trendy, suficiente incluso para alcanzar el gobierno en varios Países del mundo, será un triunfo de corto aliento si no es capaz de resguardar sus propias condiciones de existencia, esto es, un mínimo esfuerzo igualitario que lo acompañe.


Y es que, tal como añadía la misma Wright, cuando luchamos por la igualdad, lo hacemos en nombre de la libertad. La primera es condición de la segunda. ¿Qué libertad puede tener el indigente? ¿Libertad para qué?


A la hora entonces de conciliar la condición incentivadora de riquezas y la progresividad de un pacto tributario, habrá que recordar al premio nobel mexicano Octavio Paz; Libertad e Igualdad no viven solas, sino que forman parte de una triada surgida con el mundo moderno, en la que es la tercera de ellas, la fraternidad, la llamada a tender los puentes entre ambas. Y es justamente esta la gran ausente en las sociedades modernas capitalistas.


Un Pacto Tributario concebido en ese contexto, sin ideologías pero con principios ordenados, augura un equilibrio a largo plazo, una legitimidad a toda prueba y una certeza enriquecedora. El puente de la fraternidad (o la solidaridad), presente en dicho pacto, permitirá que igualdades y libertades cedan unas y otras, para lograr una sociedad más decente y justa, sin que el derroche y la indigencia sigan incentivando, entre otras, la delincuencia aspiracional que hoy nos azota como sociedad.


Una sociedad en la que la herramienta tributaria juegue un rol recaudador, incentivador de riqueza, pero también solidario. Un pacto tributario fraterno, sustentable y sostenible para las futuras generaciones.


Vicente Furnaro,

Abogado socio Tax Defense

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