Sr. Director:
La reciente elección de José Antonio Kast como presidente electo abre un nuevo ciclo político en Chile, marcado por definiciones claras en seguridad, economía y gestión del Estado. Sin embargo, desde el mundo de las causas benéficas y la filantropía, el escenario que se avizora es, al menos, incierto.
Según los documentos programáticos conocidos y la información pública disponible, el plan de gobierno no contempla medidas específicas de apoyo directo a organizaciones benéficas, donaciones voluntarias, voluntariado social ni incentivos a la filantropía como una política de Estado. El foco está puesto en prioridades urgentes —listas de espera en salud, educación, vivienda, seguridad y crecimiento económico.
Esto no significa que las necesidades sociales desaparezcan, al contrario, persisten y, en muchos casos, se profundizan. Las organizaciones sociales, fundaciones y corporaciones han demostrado históricamente su capacidad para llegar donde el Estado no siempre alcanza, innovar en soluciones y movilizar a la ciudadanía. La ausencia de una agenda explícita en esta materia implica que el desafío recaerá, una vez más, en la sociedad civil.
En este nuevo escenario, será clave abrir espacios de diálogo, incidir con evidencia y demostrar que fomentar la filantropía no compite con la acción pública, sino que la complementa. Desde Donando creemos que el desarrollo social sostenible requiere colaboración, confianza y marcos que faciliten la participación solidaria.
El próximo gobierno aún tiene la oportunidad de integrar al ecosistema benéfico como un aliado estratégico, Que así sea, dependerá de nuestra capacidad de hacernos parte activa de la conversación pública.
Por Juan Pablo Hurtado, CEO de Donando