La confirmación del primer caso de influenza A (H3N2) subclado K en Chile ha encendido las alertas sanitarias, en un momento del año poco habitual para la circulación de virus respiratorios. Se trata de una variante conocida de la influenza, caracterizada por una mayor capacidad de contagio, lo que ha llevado a reforzar las recomendaciones de prevención, vacunación y el uso responsable de los servicios de salud.
Según explicó el doctor Marcos Magasich, médico intensivista de Clínica MEDS, “el subclado K es una variante que ha aprendido a evadir un poco mejor nuestras defensas previas. Todos los años los distintos virus hacen lo que se denomina un drift antigénico, es decir, generan pequeños cambios en alguna de las proteínas de la membrana que se expone, y eso hace que nuestras defensas no lo reconozcan inmediatamente y generen una infección”, señala.
El facultativo agregó “el término ‘súper gripe’ se ha usado porque tiene una mayor rapidez de propagación, más que por una letalidad extrema. La letalidad que ha dado la infección en sí misma no ha aumentado respecto a la influenza habitual, pero al provocar una contagiosidad bastante aumentada y al tener una alta penetración en distintos grupos, esto puede generar un eventual colapso en las distintas formas de atención pública y privada de salud”, advierte.
En cuanto a la presentación clínica, el cuadro comparte síntomas con la influenza tradicional, aunque con un inicio más brusco. “Tiene esta sensación clásica de malestar general, dolor muscular, fiebre y fatiga, y eventualmente síntomas respiratorios como coriza o tos abundante, pero se caracteriza por un inicio muy rápido y súbito, con fiebre muy alta, sobre los 38,5 grados”, señaló.
Además, el especialista advirtió que en ciertos grupos etarios la presentación puede variar. “En niños, sobre todo en ciertas etapas de la vida, se puede presentar con síntomas gastrointestinales como vómitos o dolor abdominal”, afirmó.
También, aclaró que “debemos tener mayor preocupación por los adultos mayores de 65 años, los niños pequeños, especialmente los menores de 5 años, las embarazadas y los pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, asma o antecedentes de problemas cardíacos”.
A ellos se suman personas con sistemas inmunes debilitados. El profesional indicó que “pacientes en tratamiento oncológico, con uso prolongado de corticoides o pacientes trasplantados son más propensos a desarrollar formas graves de la infección y son los grupos que debemos proteger de mayor manera”.
El médico intensivista de Clínica MEDS enfatizó que no se trata de un virus nuevo, pero que históricamente ha sido una variante compleja. “Siempre ha sido caracterizada por generar temporadas de gripe más duras, con más hospitalizaciones, en comparación con otras variantes como la H1N1”, señaló, lo que explica la estricta vigilancia epidemiológica que hoy mantienen varios países.
Respecto a la forma de contagio, indicó que es “a través de gotitas microscópicas que se generan cuando uno habla, tose o estornuda, y además algunas formas del virus pueden tener sobrevida en superficies”.
Por ello, recomendó retomar medidas básicas de autocuidado. “Es importante ventilar los lugares, evitar espacios hacinados, usar mascarilla en lugares cerrados si se presentan síntomas, mantener un lavado de manos frecuente y evitar el contacto de personas sintomáticas con grupos de riesgo”.
En relación con la efectividad de la inmunización contra la influenza frente a esta variante, el especialista indicó que “aunque el virus mutó, la vacunación sigue siendo una muy buena herramienta. Estudios preliminares muestran que la vacuna 2024-2025 tiene buena capacidad para prevenir la hospitalización y los cuadros graves”. Aclaró, además, que la inoculación no impide el contagio. “No es un escudo contra la infección, sino que prepara mejor las defensas para enfrentarla, permitiendo que el cuadro sea más leve y evitando complicaciones como neumonía o insuficiencia respiratoria”.
En cuanto al tratamiento, señaló que el manejo inicial es sintomático. “Descanso, hidratación y control de la fiebre son la base. En algunos casos específicos, antivirales como el oseltamivir pueden ser útiles en los primeros días de la infección, pero no se recomienda su uso tardío ni la automedicación”, advirtió.
Finalmente, el doctor Magasich llamó a la calma y a la responsabilidad colectiva. “No estamos frente a una pandemia como el COVID-19. Es un virus conocido que hoy circula con mayor contagiosidad. Si mantenemos las precauciones básicas y reforzamos la vacunación, es probable que podamos enfrentar este fenómeno sin mayores complicaciones ni colapso del sistema de salud”, concluyó.