Cada cierto tiempo surge una pregunta clave en el mundo social: ¿por qué algunas campañas benéficas logran movilizar a todo un país, mientras otras luchan por hacerse visibles? El caso de Teletón es ilustrativo, porque muestra con claridad qué elementos vuelven exitosa a una causa masiva: un propósito emocionalmente potente, resultados tangibles, un relato que inspira unidad y, sobre todo, una experiencia de donación simple, transparente y cargada de significado.
En Donando vemos que estas claves no son exclusivas de las grandes causas. Fundaciones como Casa Familia, Misión de María, Abrázame, Oncomamás o Care han logrado resultados sobresalientes gracias a un trabajo comunicacional claro, coherente y centrado en la confianza. No se trata solo de recaudar, sino de conectar.
Aquí es donde la tecnología juega un rol decisivo. No reemplaza la emoción ni la historia que hay detrás de cada causa, pero sí amplifica su alcance. Permite segmentar audiencias, personalizar mensajes, mostrar en tiempo real cómo se usan los fondos y reducir la fricción al donar. Las fundaciones pequeñas quizá no alcancen la escala de una campaña nacional, pero sí pueden ofrecer una experiencia digital tan cercana, transparente y significativa como la de las grandes colectas.
El desafío para el ecosistema social es entender que la generosidad no depende del tamaño de una causa, sino de su capacidad para emocionar, demostrar impacto y facilitar la participación. Cuando la tecnología se alinea con estos principios, cualquier fundación —desde las tradicionales hasta las emergentes— puede transformar su comunidad y construir un círculo virtuoso de confianza y colaboración.
Por Juan Pablo Hurtado, CEO de Donando