La alimentación cumple un rol clave durante la perimenopausia y la menopausia. Una dieta equilibrada no solo ayuda a prevenir problemas óseos y cardiovasculares, sino que también puede disminuir síntomas como sofocos, alteraciones del sueño y cambios de ánimo.
La menopausia y la perimenopausia son etapas naturales de la vida femenina que suelen venir acompañadas de sofocos, insomnio, aumento de peso, cambios de ánimo y mayor riesgo de problemas óseos y cardiovasculares. Aunque estos síntomas pueden resultar molestos, la alimentación tiene un impacto directo en cómo se viven estos cambios, marcando la diferencia entre una transición difícil o una más llevadera.
Así lo explica la nutrióloga y jefa del área de nutrición de Clínica Terré, Catalina Silva, quien asegura que lo que comemos “puede disminuir o exacerbar muchos de los síntomas asociados a la menopausia. Incluso, una dieta adecuada ayuda a prevenir condiciones propias de esta etapa, como la pérdida de masa ósea o los problemas cardiovasculares”. La especialista subraya que la dieta debe acompañarse de un estilo de vida equilibrado, que incluya actividad física, buena higiene del sueño, manejo del estrés y la reducción de hábitos nocivos como el tabaco.
Además, derriba algunos mitos comunes: no es cierto que la menopausia aparezca de un día para otro, que inevitablemente implique subir de peso o que marque el inicio de la vejez.
Consejos prácticos para una menopausia más saludable:
Para quienes recién entran en esta etapa, Catalina Silva entrega cinco recomendaciones clave:
En definitiva, la nutrición no solo influye en el cuerpo, sino también en el ánimo y la calidad de vida. Una dieta consciente y equilibrada permite que la perimenopausia y la menopausia se vivan con mayor vitalidad y energía.