El debate público surgido tras el apagón que involucró al Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) ha revitalizado una conversación crítica para las empresas, ¿Qué tan protegidas están frente a demandas, sanciones o errores?
Un error, una omisión o un accidente pueden generar consecuencias legales y económicas importantes, afectando directamente la estabilidad de cualquier organización. Aquí es donde los Seguros de Responsabilidad Civil (RC) juegan un papel clave. Estas pólizas entregan protección financiera frente a reclamaciones por daños a terceros, ya sean personas, bienes de terceros o perjuicios económicos que puedan atribuirse a la actividad del asegurado. En términos simples, el seguro responde frente a terceros, asumiendo los costos de indemnizaciones y defensa legal que podrían impactar fuertemente el patrimonio de la empresa o profesional, más que una obligación, los Seguros de RC son una herramienta estratégica para sostener la continuidad operativa ante escenarios adversos, reforzar la confianza de clientes y socios, además de asegurar el cumplimiento de requisitos legales o contractuales.
“Una demanda o sanción de alto costo puede desestabilizar por completo a una empresa, incluso llevarla a la quiebra. Además es más frecuente tener siniestros de Responsabilidad Civil que Incendio o Sismo, pero con impactos que pueden ser similares en términos de pérdidas. El Seguro de Responsabilidad Civil permite que, en medio de una crisis, se cuente con los recursos para enfrentar gastos jurídicos y posibles indemnizaciones que deban pagarse si así lo dictamina la ley, sin paralizar su actividad”, explica Esteban Geoffroy, director de la Asociación Gremial de Corredores de Seguros de Chile (ACOSEG).
Estas pólizas son demandadas por una amplia gama de industrias: Desde PYMES y empresas de retail, hasta constructoras, consultoras y firmas tecnológicas. Entre las razones más frecuentes para contratarlas se encuentran:
Evitan que los siniestros paralicen la operación: El valor del seguro radica en su capacidad de cubrir eventuales demandas de terceros y compensaciones sin que el flujo de caja se deteriore. En industrias como la construcción, el retail, servicios profesionales o alimentación, donde un incidente puede generar graves consecuencias a un tercero, esta cobertura permite avanzar, responder y proteger recursos clave.
Es una exigencia contractual recurrente: En licitaciones públicas, proyectos regulados o contratos con terceros, el Seguro de Responsabilidad Civil deja de ser opcional para transformarse en requisito indispensable. Incluso aparece como criterio de evaluación o habilitación legal.
Protege la reputación y el patrimonio de la empresa y de sus tomadores de decisión: En sectores donde los riesgos son reputacionales (como datos el uso de datos sensibles, salud, educación), contar con una póliza de Responsabilidad Civil para empresas es fundamental para responder a los daños rápidamente y sin pensar en los costos asociados. Junto con cubrir a las empresas con las pólizas de Responsabilidad Civil, también se puede cubrir a las personas que trabajan en la misma, por medio de las pólizas para directores y ejecutivos (D&O), por las decisiones que toman y que puedan ser consideradas causantes de daños a terceros.
¿Cuáles son los sectores en los que estas pólizas son más demandadas?
Si bien, las pólizas de Responsabilidad Civil tienen un amplio marco de operación, algunos de los sectores en los que son más demandadas son: Construcción, debido a los posibles daños a terceros o colindantes por obras y accidentes de faena o accidentes laborales; en el retail también son bienvenidos por lesiones que los clientes puedan tener, caída de objetos o daños en las instalaciones. En el área de Servicios y consultorías debido a errores profesionales que generan pérdidas económicas a clientes, existen las pólizas conocidas como Errores y Omisiones o Responsabilidad Civil Profesional. En eventos por posibles accidentes o daños durante espectáculos, ferias y otros encuentros públicos. En Salud, para profesionales de esta área, apoyando la praxis médica, la gestión de riesgos y seguridad de pacientes, además de asesoría y asistencia médico legal.
“No se trata solo de cumplir con una exigencia legal o contractual: Las pólizas de Responsabilidad Civil son una herramienta que permite sostener la operación, proteger los activos y preservar la confianza de clientes, proveedores y comunidades” destaca Esteban Geoffroy de ACOSEG. Los especialistas coinciden en que, ante un imprevisto grave, la diferencia entre tener o no esta protección puede ser abismal. Una empresa sin cobertura puede verse obligada a destinar recursos críticos para enfrentar juicios, indemnizaciones o sanciones, lo que en muchos casos impacta en su liquidez, frena proyectos y, en el peor de los escenarios, compromete su supervivencia.
La experiencia demuestra que estos seguros también cumplen un rol preventivo: Gracias a una buena asesoría de un corredor de seguros, fomentan mejores prácticas internas, impulsan la revisión de procesos y obligan a las empresas a identificar riesgos que, de otra manera, podrían pasar inadvertidos. Esto significa que no solo ofrecen respaldo en momentos de crisis, sino que contribuyen a evitarlas.