​El Salmón chileno ya ganó

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Loreto Seguel




Estamos ad-portas de la definición presidencial y por primera vez, candidatas y candidatos presidenciales incluyeron a la salmonicultura, dentro de sus propuestas y programas de gobierno como una pieza clave para el crecimiento de Chile y de la macrozona sur. Este reconocimiento no es casual ni tampoco fortuito. Algo cambió en la conversación país, y es que empezamos a entender que la salmonicultura representa una oportunidad real de desarrollo para Chile, una oportunidad que no puede seguir esperando.


Esta es una industria joven que en sus casi 40 años de vida ha logrado convertirse en el segundo producto de exportación de Chile, creando más de 80 mil empleos directos e indirectos y envíos de salmón a más de 100 mercados en el mundo. Todo esto ocurre no sólo en tres regiones del sur como son Los Lagos, Aysén y Magallanes, que han construido su identidad productiva en torno a esta actividad, sino que, en toda la macrozona sur, si consideramos el encadenamiento productivo que genera el sector.


Sin embargo, la salmonicultura nació alejada de la zona donde mayoritariamente se concentran los tomadores de decisión, lo que provocó que por muchos años estuviese invisibilizada en la conversación nacional. Y es precisamente esta una de las razones y principal propósito que nos ha movido como gremio: representar a los productores de salmón en el debate público, poniendo en valor su aporte a Chile y a las regiones del sur. La salmonicultura ha sido esencial para el desarrollo del sur de nuestro país.


Hoy con orgullo podemos decir que la salmonicultura chilena produce una de las proteínas más saludables, sostenible y de alta calidad nutricional que alimenta a millones de personas en diferentes continentes. En un mundo que enfrenta crecientes desafíos de seguridad alimentaria, Chile tiene en sus manos un producto que marca la diferencia y que lo convierte en protagonista de la solución al desafío alimentario global.


Tanto José Antonio Kast, como Jeanette Jara se comprometieron con el Consejo del Salmón y la industria que representamos, que abordarán con fuerza y convicción el desarrollo de la industria con una mirada de Estado, capaz de trascender a los climas políticos y con ello reconocer el verdadero potencial que tiene para nuestro país. Evaluar, entre otras; la ley Lafkenche, la ausencia de una política de Estado a largo plazo y las certezas jurídicas.


Pase lo que pase este domingo, la salmonicultura chilena ya ganó, será sin duda un eje central para el nuevo gobierno y un orgullo nacional para cada chilena y chileno. Porque la salmonicultura no es sólo números; es futuro, es identidad y es una oportunidad para que el país siga avanzando. Cuando el salmón chileno gana, todo Chile gana en materia de empleo, inversión, crecimiento y desarrollo desde el sur, para todo el país.


Loreto Seguel King, presidenta ejecutiva del Consejo del Salmón

europapress