Sr. Director,
En el primer semestre de 2025, el PIB desestacionalizado de Chile mostró cifras positivas, aunque con un matiz evidente: gran parte del crecimiento provino de la minería, particularmente del cobre. Sin embargo, sectores como el comercio, la industria y el consumo ya presentan signos claros de ralentización, lo que refleja un enfriamiento de la economía interna.
La reciente suspensión de operaciones en la mina El Teniente, a raíz del accidente, añade un elemento de preocupación. Este hecho puede restar parte del impulso minero en los próximos meses, justo cuando el país enfrenta una base de comparación más alta y un escenario internacional menos favorable.
Las proyecciones oficiales anticipan un crecimiento moderado —entre 2,0 % y 2,7 % para este año— y una inflación que debiera converger al 3 % hacia inicios de 2026. No obstante, la principal lección de este panorama es que Chile no puede depender exclusivamente de la minería para sostener su desarrollo. Resulta urgente reforzar políticas públicas que impulsen la productividad, la innovación y la diversificación económica, de modo de generar un crecimiento más equilibrado, resiliente y sostenible.
Pablo Müller
Académico
Universidad Autónoma