La reforma tributaria no será estructural
La semana pasada me preguntaron si habría reforma tributaria en este gobierno, a lo cual respondí sin mucha reflexión, que no. Luego, habiendo meditado más mi respuesta, señalé que, de haber una reforma, no será estructural, de eso sí estoy convencido.
Recordemos que el plan de gobierno de la actual administración señalaba como pilar fundamental reformas tributarias y previsionales, que tendrían cambios “estructurales”, es decir, modificaciones en lo más profundo de ambos sistemas.
Eso también implicaba que se propondrían cambios innovadores que provocarían modificaciones radicales e inéditas.
El proyecto de reforma tributaria presentado en marzo del año pasado, que materializaba el talante anunciado, solo innovaba en la introducción de una mayor carga tributaria a las empresas y al patrimonio de las personas naturales.
Desde un punto de vista doctrinario, sí eran cambios estructurales porque cambiaban el enfoque de reconocer al crecimiento como fuente de ingresos, a una suerte de expropiación de la riqueza a través de una fuerte carga tributaria. Ese enfoque no prosperó y fue rechazado incluso en la idea de legislar, algo nunca visto antes.
Ante este escenario, el ministro de Hacienda comenzó un ejercicio de conversaciones y diálogos con los cuales elaboró un proyecto del cual solo hemos conocido hasta ahora algunos anuncios y títulos de noticias que permiten apreciar un cambio en 180 grados, dejando los criterios antes presentados, para adoptar políticas que siguen el estilo de la estructura tributaria aún vigente.
Lo que sí ha trascendido, es que seguirán con ideas ya presentadas y discutidas, como, por ejemplo, terminar con la integración del Impuesto a la Renta de Primera Categoría con los impuestos finales, donde el tributo que pagan las empresas, es considerado como un anticipo de la tributación de sus dueños.
También se ha planteado establecer una tributación de las empresas de acuerdo a su tamaño, aplicando una tasa para las pequeñas empresas, otra para las medianas y una distintas para las grandes.
Si esos son las modificaciones que al final serán consideradas en la reforma que ingresará al Congreso a fines de mes, no será la reforma estructural que se prometió, porque ambos criterios ya han sido propuestos y analizado latamente.
En junio del año 2014 participé en un seminario organizado por la Pastoral de la Universidad Católica del Norte en Antofagasta, donde compartí tribuna con la ex Seremi de Economía, Gabriela Gómez, y el otrora Director Alterno del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica Rodrigo Cerda, quien luego llegó a ser ministro de Hacienda. En esa exposición presenté una propuesta que terminaba con la integración del impuesto a la renta de las empresas con los impuestos finales y la aplicación de un impuesto con una baja tasa que afectara a los retiros y dividendos. Esto permitía aumentar la recaudación cómodamente en los montos del 3% del PIB que la reforma de esos años pretendía lograr.
Por otro lado, el 3 de octubre de 2012 escribí una columna de opinión en este mismo Diario Estrategia (versión impresa en esos años) señalando que las pequeñas empresas deberían tributar con una tasa del 10%, las medianas con una tasa del 20% y las grandes con una del 30%, idea que también fue sugerida en una reforma constitucional que se discutió en el año 2021.
Lo anterior evidencia que, de contener estas modificaciones el nuevo proyecto, no tendrá ideas nuevas que generen profundos cambios en nuestro sistema tributario, sino propuestas ya planteadas y analizadas en ambientes académicos y de difusión con son mis columnas de opinión.
Es por todo lo anterior que pronostico que, en el ámbito tributario, no tendremos una reforma estructural sino una con el mismo estilo de las ya realizadas, en donde solo cambiamos aspectos particulares de nuestra legislación y no abordamos el problema desde un punto de vista integral e innovador.
Prof. Germán R. Pinto Perry,
Director Programas de Especialización Tributaria,
Centro de Investigación y Estudios Tributarios NRC,
Universidad de Santiago
