​Crecer sin riesgos

|

Carlos Gascon

Hace poco más de un mes se encuentra vigente la actualización de la Ley de Insolvencia, que tiene como propósito principal simplificar y agilizar el proceso de reestructuración y recuperación de las pequeñas y medianas empresas (pymes) que se encuentren en situaciones de insolvencia, brindándoles herramientas para superar estos desafíos financieros y mantener en marcha sus operaciones, especialmente considerando que es un sector que comprende el 98% de las empresas del país y aporta el 67% del empleo formal.


Durante el período transcurrido desde la entrada en vigencia de estas modificaciones, muchas pymes han estado asimilando los cambios y adaptándose a las nuevas disposiciones legales. Sin embargo, es importante que a partir de este momento comiencen a comprender cómo estos cambios están influyendo en su capacidad para enfrentar la persistente incertidumbre económica existente en la actualidad, y que también analicen las medidas que pueden tomar por sí mismas en este sentido.


La modificación más relevante a esta normativa implica simplificar la reestructuración de las deudas, agilizando un procedimiento que anteriormente resultaba complejo y prolongado. Esta medida asegura que las pymes conserven el control de sus operaciones durante este proceso, evitando transferir dicho control a terceros y permitiéndoles seguir tomando decisiones y liderando sus negocios. Además, se ha incorporado la opción de que los proveedores acepten pagos en especie o en servicios, lo cual representa una alternativa beneficiosa para aquellas empresas con recursos limitados.


No obstante, lo relevante es esforzarse al máximo para evitar llegar a esta situación, reduciendo así al mínimo el riesgo de incumplimientos. Para las pymes, aunque siempre ha sido una necesidad, ha sido un aspecto poco considerado. Solo en los últimos años ha aumentado la demanda de aseguramiento por parte de este sector en el país, el cual era en gran medida ignorado debido a la falta de conocimiento sobre el tema por parte de las empresas.


Con el fin de lograr una comercialización segura y evitar situaciones de insolvencia, resulta fundamental que las pymes dispongan de salvaguardias que les permitan acceder a información valiosa acerca de las empresas con las que están llevando a cabo transacciones, además de recibir recomendaciones adecuadas para prevenir cualquier tipo de riesgo.


De esta manera, podrán garantizar un crecimiento seguro, al contar con un servicio encargado de este crucial aspecto. En caso de que una pyme no disponga de un seguro y necesite, por ejemplo, gestionar un impago, se verá obligada a contratar a un abogado especializado en cobranza, lo que implicará un gasto superior al de las pólizas ofrecidas en la actualidad, a precios que son asequibles, debido a que tienen requerimientos menores en comparación con las grandes empresas.


Además, contar con estas prevenciones contribuye en términos de competitividad y reputación, pues las pymes pueden fortalecer su posición en la industria, generando reconocimiento y confianza entre sus pares y clientes, ganando así mayor relevancia y prestigio en su sector.


En definitiva, aunque la actualización en la Ley de Insolvencia proporciona un sólido respaldo a las pymes en situación de insolvencia, resulta crucial tomar medidas para evitar llegar a esa instancia. La clave para el desarrollo del sector radica en protegerse para crecer sin riesgos.



Carlos Gascón, Gerente Comercial y de Marketing de Solunion en Chile

europapress