​Factores que limitan el emprendimiento científico en las universidades estatales

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En Chile es frecuente ver y leer noticias que hablan sobre la escasez de recursos con que cuentan los emprendimientos científicos, inclusive cuando se ejecutan al alero de una universidad estatal. Independientemente de que el mundo actual requiera cada día más innovaciones, en nuestro país la falta de inversión en infraestructura y regulaciones poco flexibles estarían impidiendo el surgimiento de emprendimientos científicos desde las Universidades Estatales.

Al respecto Fabiola Vásquez, coordinadora de la Unidad de Transferencia Tecnológica de la Universidad de La Frontera (UFRO), afirma que “generalmente el origen de las empresas de base científico-tecnológica de las universidades viene desde el postgrado, siendo frecuente que los alumnos terminen ligados a la institución y se integren al staff de investigadores jóvenes. Esto implica que pasan a ser funcionarios estatales dueños de una empresa, debiendo regirse por la Ley de Probidad, la que les impide realizar comercializaciones o relaciones contractuales por montos superiores a 200 UTM ($10.888.400 millones)”.

Esta normativa limita su competitividad ya que los investigadores de universidades estatales no pueden participar en licitaciones por un monto superiores a 200 UTM, debiendo recurrir, necesariamente, a la inversión privada para avanzar con sus proyectos. La segunda alternativa es permanecer, por al menos 5 años más, ligados a la institución madre, “algo bastante complejo ya que si le va demasiado bien dejará de ser funcionario de la universidad, lo que no es conveniente para la Casa de Estudios”, afirma Fabiola Vásquez.

“En general existe desconocimiento de parte de las autoridades nacionales que toman decisiones, porque no se analiza caso a caso. La mayoría de los emprendimientos científicos requieren de un desarrollo a más largo plazo y, por lo general, cuentan solo un año de apoyo. Esto de ninguna forma es beneficioso, ya que las empresas de base científico-tecnológica necesitan contar con 5 años de respaldo para despegar a nivel comercial y ojalá internacional”, asegura la coordinadora de la Unidad de Transferencia Tecnológica de la UFRO.

Para que este escenario cambie y este tipo de emprendimientos se multipliquen, Vásquez afirma que se deben mejorar las políticas con el fin de que exista una mayor flexibilidad en las condiciones de los sistemas estatales. “Las empresas de base científica tecnológica de universidades estatales nacen con trabas. En lo que se refiere a innovación y transferencia tecnológica, podría permitirse que los investigadores trabajen asociados a una entidad privada como parte de su jornada laboral. Asimismo, debemos mejorar la regulación para igualar las condiciones entre planteles públicos y privados, desarrollando alianzas que beneficien la innovación”. 

europapress