Pensiones financiadas con IVA

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Germu00e1n Pinto


Hace algunos meses surgió la idea de financiar las pensiones con la recaudación del IVA, hecho que no prosperó por lo errado del concepto, pues este impuesto es regresivo al afectar con mayor fuerza a la población con menos ingresos y que no tienen capacidad de ahorro. De esta forma, ante un aumento en los precios de bienes y servicios, ven disminuido su consumo al no tener más recursos para destinar a tales efectos.

Pese a lo palmario del efecto anterior, la idea de mayor recaudación del IVA para cubrir las ingentes necesidades sociales, específicamente en el caso de este comentario, las pensiones bajas que están y recibirán los pensionados en el futuro, máxime si gran cantidad de la población… incluso ministros… realizaron retiros de sus fondos de pensiones, ha prosperado de una forma indirecta.

En efecto, el proyecto de ley que se ha denominado “ley corta de pensiones” establece la eliminación de exenciones tributarias para aumentar las arcas fiscales, siendo la afectación en forma general de los servicios con IVA, una de esas estrategias.

Si bien no significa un aumento en la tasa del IVA como se había pensado anteriormente, es un incremento de la recaudación a través del aumento de la base de hechos afectos a este tributo, pues ahora se gravarán todos los servicios, entendidos por ellos a la prestación personal, remunerada y efectuada dentro del territorio.

Esto implicará que toda prestación personal deberá estar afecta al 19% que es la tasa del IVA, tal como lo ha señalado el proyecto de ley que comento.

Esto generará que muchos servicios que hoy en día no tienen tal tributación experimenten un aumento en sus precios que provocará una restricción en la demanda de esos servicios, a menos que, obviamente, el mercado absorba este incremento en los precios generado por las políticas fiscales que la autoridad económica está implantando.

Esta estrategia había estado en el ambiente tributario desde muchos años como una propuesta para lograr una simplificación del sistema tributario, argumento que siempre he considerado besugo porque propone una afectación sustentada en la experiencia o poltronería de quienes proponen cambios tributarios para solucionar coyunturas laborales nimias. Sin embargo, fue una de las propuestas del grupo de economistas que convocó el Gobierno y que en enero de este año presentaron su revisión del gasto tributario de nuestro país, proponiendo una serie de adecuaciones que generarían una mayor recaudación.

Pese a lo bien intencionada de la propuesta, se materializó en una mala técnica jurídica, pues estableció un hecho gravado general que afecta a todos los servicios, pero que indirectamente deja fuera a aquellos que están exentos, redundando en una inseguridad y falta de precisión que obligará al Servicio de Impuestos Internos a pronunciarse y generar una nutrida interpretación para cada caso que se presente.

Es así como, dado lo amplio del hecho gravado, todo servicio que dará afecto, incluyendo las asesorías que hasta ahora eran consideradas como hechos no gravados con IVA. Ahora, con la nueva norma, quedarán afectas, salvo si se aplica una exención, como es el caso de que actualmente la ley deja exenta las rentas realizadas por personas naturales sin vinculo de subordinación ni dependencia. Es decir, si una persona natural realiza una asesoría quedará exenta, pero si la misma asesoría la presta una sociedad, quedará afecta a IVA.

Ejemplos como el anterior hay varios y son dechados de cómo la nueva afectación provocará un ajuste en varios mercados que, tal como lo reconoció el mismo informe financiero que respalda el proyecto de ley, generará “un cambio en el comportamiento de los agentes, producto del aumento en el precio de los servicios sujeto a esta medida y un ajuste de la demanda por esto” que provocará una recaudación en los dos primeros años de $ 425.977 millones de pesos, pero que bajará a $ 319.483 millones en los años en régimen.

Sin duda que esta modalidad de estimación de mayor recaudación resulta atolondrada, máxime si se estima una afectación que a todas luces generará distorsiones en las conductas de las personas, lo que hace dudar de su efectividad, siendo esto último muy preocupante, porque para poder financiar el tremendo desastre previsional que se avecina producto del retiro de los continuos 10% de los fondos de pensiones, vamos a necesitar herramientas, estrategias y políticas que realmente generen un aumento potente en las arcas fiscales o que nuevamente se confíe en la capacidad del sector privado para dar satisfacción a las necesidades de pensiones de los jubilados


Prof. Germán R.Pinto Perry

Director Magíster en Planificación y Gestión Tributaria

Universidad de Santiago

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