​¿Por qué insistir con lo que no ha dado buen resultado?

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Recientemente el Presidente Piñera propuso una reforma al sistema de pensiones, centrada básicamente en el aumento del Pilar Solidario para el 80 por ciento de la población más vulnerable. Según el mandatario, esto beneficiará a unas 500 mil personas, de las cuales 460 mil serían de clase media. Con esta reforma, el Pilar Solidario “protegerá” a más de dos millones de habitantes, que verán un aumento de su pensión básica solidaria por sobre la línea de la pobreza.

Adicionalmente, el mandatario anunció que se fortalecerá el Pilar Contributivo del Sistema de Pensiones, al incrementar en forma gradual en 6% el aporte del empleador al ahorro previsional de los trabajadores. De ese porcentaje, la mitad irá al trabajador, lo que aumentará las pensiones en un 30%, mientras que el otro 3% serán destinado al Programa de Ahorro Colectivo, y financiará, entre otros beneficios, el aumento inmediato de 2,7 UF en la pensión de aquellas mujeres mayores de 65 años que hayan cotizado al menos 12 años. Es decir, en resumidas cuentas, un mayor ahorro de 3% y un impuesto al trabajo de 3%. ¿Me pregunto si en estos momentos, en los cuales aun no hemos salido de pandemia, con un mercado laboral muy debilitado, es el momento de aumentar el impuesto al trabajo?. Eso es lo primero que aparece entre mis inquietudes, que no son pocas.

Mi segunda interrogante es que la reforma busca una mayor competencia y transparencia para las AFP. Para lograr este objetivo, se propone la creación de Fondos de Pensiones sin fines de lucro u organizados como cooperativas, y habrá una mayor participación de la Comisión de Usuarios del Sistema de Pensiones en la designación de directores en las sociedades donde se invierten los fondos previsionales. ¿Porqué crear más instituciones y/o organismos, , si las AFPs no lo han hecho nada de mal en materia de rentabilidad ofrecida a los bajos montos ahorrados? ¿No habrá llegado el momento de decir que el problema de las bajas pensiones no es la rentabilidad de las AFP, sino el bajo monto ahorrado para una vida post-laboral que cada vez es más longeva?.¿Podríamos pensar en seguros para transferir el longevityrisk desde las AFPs a modo de ejemplo?

La realidad, como ya otros economistas han señalado, es que un sistema donde el 50% de la fuerza de trabajo gana un sueldo mínimo, no generará buenas pensiones en un sistema de capitalización individual y a esto hay que sumarle las personas que no cotizan. ¿Por qué entonces seguimos por la línea de aumentar la competencia en las AFP si esto ya se ha hecho y no resuelve el problema de las bajas pensiones? Quizás se podría pensar en un cambio en las comisiones, pero me parece que por el lado de la transparencia esto ya se ha implementado anteriormente y dio origen a otras administradoras.

En su discurso, el Presidente dijo: “Tenemos que sacar adelante (a la reforma), porque es la reforma que mejora las pensiones actuales y del futuro”. ¿Es un impuesto al trabajo “la reforma urgente y necesaria” que recoge las demandas ciudadanas? ¿No habrá que pensar en que quizás la edad de jubilación debiera ser ajustada, ya que tampoco se ha hecho desde que se creó el sistema? Y por último, ¿sólo por responder a las demandas ciudadanas debemos asumir que la reforma es buena y lo que el país necesita?


Gabriela Clivio, 

Economista y FoundingMember CFA Society Chile 

europapress