Clase media

|

Luis Riveros (columnista)


La clase media chilena ha sido un segmento importante de la sociedad chilena, que constituyó ni más ni menos que el eje central de las políticas públicas a partir de los años 30. Se convirtió en un estrato social al cual aspiraban a llegar los más desposeídos, en lo cual el Estado jugó un rol decisivo por medio de sus políticas de expansión educacional, especialmente a nivel universitario. Heredera del “medio pelo” del siglo XIX y comienzos del siglo XX, fue el segmento social decisivo en el triunfo de la alianza Liberal en el año 1920, y más tarde en la instauración del gobierno del Frente Popular encabezado por don Pedro Aguirre Cerda. Se constituyó en la conductora de la política pública, y al mismo tiempo en una efectiva contención a la protesta social que se empezaba a denotarse en el proletariado chileno en las dos primeras décadas del siglo XX. Factor de estabilidad social, la clase media fue un objetivo aspiracional extrovertido en las reivindicaciones de la clase obrera y campesina. Con eso en mente, se cambió la Constitución en 1925 y se dejó de lado el anarquismo que se erguía como singular amenaza sobre la democracia chilena. Eran tiempos en que existía conducción política y en que los partidos políticos eran capaces de encauzar los sentimientos populares y de garantizar estabilidad en períodos de ingente cambio y aspiraciones sociales. Clase media postergada más tarde, cuando la balanza del cambio social se inclina hacia los más desposeídos, que crecieron en forma abundante en las décadas de 1970 y 1980, años en que la pobreza escaló hasta 40% de la población chilena. La atención a este problema causó que las políticas públicas, especialmente después de 1990, fueran focalizadas en los grupos más pobres y vulnerables del país. Gracias a eso la pobreza disminuyó notablemente, hasta a alrededor de un 8% de la población, pero se dejó a la clase media de lado, creando así un desequilibrio social cuyas consecuencias estamos hoy percibiendo.

Difícil de definir el concepto de clase media: empleados y obreros calificados, profesionales independientes, pequeños y medianos agricultores, comerciantes e industriales, trabajadores calificados por cuenta propia. Desde luego es una parte importante de nuestra sociedad, que abarca cada vez más a los grupos más desventajados que han obtenido la posibilidad de acceder a una mejor situación. Esa movilidad ha sido fruto del esfuerzo individual, y en muchos casos producto del apoyo del Estado. Sin embargo, esa clase media se ha ido quedando atrás en materia de atención del Estado. Hoy día debe pagar por todo aquello que antes era gratis por definición: salud y educación, primordialmente. Para su pensión tiene que ahorrar y los servicios básicos no son ni subsidiados ni gratuitos. Se fue quedando atrás en medio de la creciente y casi exclusiva atención a la focalización en los más pobres, y ha quedado con un sentimiento de abandono que no es bueno para el espíritu republicano que tanto ella ayudó a forjar.

En la actual situación de grave crisis financiera, la clase media ha estado relativamente abandonada a su suerte. Recién ahora se han anunciado algunas ayudas en materias que son importantes para ella y su futuro: apoyo al estudio en la educación superior de sus hijos, apoyo a la mediana y pequeña empresa, ayuda para los trabajadores por cuenta propia. Muchos le ofrecen el retiro de sus fondos de pensiones para financiar esta crisis, que es algo así como “prestarse a uno mismo”, ya que eso se pagará con pensiones inferior a las ya esmirriadas como producto de un bajo ahorro. Ya pasó en Perú, donde el retiro de los fondos previsionales dejó a mucha gente sin siquiera una pensión para el retiro Y los políticos le prometen que se las devolverá el Estado en el futuro, lo cual por supuesto no se define en términos específicos y solamente se alienta la posibilidad de que sean precisamente los políticos los que administren parte de la pensión que ahora se sacrificaría para enfrentar la crisis. Ya pasó en Argentina, los pensionados han debido pagar el costo de decisiones políticas que afectan el monto de las pensiones, dejándolas en niveles realmente críticos. La ayuda a la clase media debe venir por el lado de la educación y su costo (y calidad) tanto como por la disminución de impuestos, que se han convertido en una carga insufrible a cambio del crecimiento del aparato estatal.

Poca atención de los partidos políticos a esta sufrida clase media, sin embargo tan importante considerando la necesidad de estabilidad social para la recuperación y el futuro. Sin embargo, se mantiene como un noble ideal de vida que hay que fortalecer mediante el apoyo inteligente de las políticas públicas. Ese es el reto, sobre el cual el imaginario político actual ha sido muy limitado, y solamente capaz de reproducir políticas más bien tradicionales de focalización en los más pobres, pero sin atención cuidadosa a aquellos menos pobres, pero cruciales para el desarrollo equilibrado del país.



Prof. Luis A. Riveros 

europapress