Alcaldes porteadores de ataúdes

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Mbrunaud

A propósito del oficio famoso que se desarrolla en países como Ghana y que ha dado lugar a diversos “memes”, me vienen a la mente nuestros alcaldes, que, en época de crisis, salvo contadas excepciones, han desarrollado toda una alegoría en torno a la muerte.

Sin el ánimo de personificar, no puede ser posible que en medio de la crisis sanitaria que ha generado el COVID-19, veamos figuras públicas como son los alcaldes compitiendo por quien da a conocer la primicia de una muerte o un brote en algún hogar de ancianos en su comuna.

Pocos se salvan como el alcalde Carter en La Florida o Lavín en Las Condes, quienes han tratado los temas que afectan a sus comunas de manera muy seria, interponiendo las querellas en casos de infracciones al artículo 318 del Código Penal o dando muestras de tener un intelecto superior al resto de los ediles.

Esta crisis sanitaria era el momento para que estas autoridades destacaran, fueran el resorte de su comunidad y el apoyo logístico del Gobierno, pero, muy por el contrario, están dedicados a obtener el premio que se declare en cuarentena su comuna, como si esa fuera la labor emblemática por la que serán recordados en esta pandemia.

Da pena, genera preocupación y un miedo atroz, que la autoridad comunal que era la llamada a ser la estrella de esta crisis sanitaria, se vea disminuida, preocupada sin fundamentos jurídicos de cerrar las botillerías y permitir la venta de alcohol en los supermercados y no velar realmente, por la salud de su comunidad.

Insisto que es penoso, las personas que están sufriendo por la crisis, derivada de la cuarentena, de los contagios, pérdida de empleos y de la muerte de sus familiares, que no puedan sentirse reflejadas en sus autoridades locales, quienes creen que lo están haciendo bien, peleando por los muertos, por quien tiene más brotes de contagio o quien cerró más botillerías, cuando el problema esencial de salud pública no está siendo abordado.

Hago un llamado enérgico a dichas autoridades, para que se preocupen de los problemas reales que se generan para la comunidad por esta crisis, de ir en apoyo sanitario y alimenticio de los más necesitados, hagan controles efectivos de las cuarentenas obligatorias y dejen de ser porteadores de ataúdes, porque no causa gracia, sino que mucho dolor entre sus electores.


 Miguel Brunaud Ramos

europapress