Smiley: la sorprendente historia de un diseño de US$ 45 que se convirtió en un negocio multimillonario

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Smiley


¡Sonríe! ¿Sabías que la famosa cara de "Smiley" tiene casi 50 años, y que gracias a ella se han logrado facturar más de 500 millones de dólares? Detrás de esta cara sonriente hay una curiosa historia, y hoy queremos hablarte sobre ella.

El proceso de cómo un artista independiente logró crear en diez minutos un producto que permitió formar un imperio multimillonario, y que tuvo presencia en algunas de las épocas más icónicas de la historia moderna.

Harvey Ball, un artista independiente de Worcester, ciudad inglesa situada en el condado de Worcestershire, fue el encargado de crear esa "carita sonriente" que acabaría dando la vuelta al mundo. Uno de sus clientes le llamó pidiendo un logo peculiar y divertido para levantar los ánimos de los empleados en la oficina, ya que la fuerte competencia estaba haciendo bajar los ingresos de la empresa.

De este modo, Ball creó la famosa cara sonriente sobre el círculo amarillo, en un proceso creativo que le llevó diez minutos. El artista cobró 45 dólares por su trabajo. Hablamos del año 1963, por lo que ajustando la inflación a 2019, nos encontraríamos con un equivalente de casi 400 dólares actualmente.


Empieza el efecto bola de nieve


La carita sonriente tuvo bastante más impacto del que Ball podía haber previsto. Cometió el error de no haberlo registrado como marca, lo que permitió que varios empresarios empezasen a hacer negocio con él. En Estados Unidos se empezaron a imprimir estas caritas en botones con el mensaje "Have a Nice Day", llegando a vender más de 50 millones en plena época de la Guerra de Vietnam.

Sin embargo, no fue hasta la llegada a este escenario de Franklin Loufrani cuando el logo se registró. Este era un joven periodista francés, que decidió diseñar un logo como aviso a los lectores de que la noticia era positiva. Sea o no casualidad, era idéntico al original de Ball. A diferencia del artista inglés, Loufrani sí que tuvo a bien registrar el logo, y es que vio en el potencial de venta.

A principios de los años 70 el movimiento hippie de Estados Unidos se estaba expandiendo por Francia. Amor libre, drogas, buena música y alegría: aquí podía encajar el "Smiley". Loufrani repartió más de 10 millones de adhesivos por el país, una estrategia de marketing que permitió que la carita sonriente se propagara, ya que la gente la pegaba por todos lados.

Las marcas empezaron a llamar. Productoras de cine que empaquetaban sus películas en cajas con caras sonrientes, firmas de chocolate que querían el Smiley en el packaging, minoristas de papelerías…

Unos años después, entre los 80 y los 90, el Smiley empezó a convertirse en un icono de la cultura Rave y el mundo de la droga. Los primeros DJs empezaban a utilizarlo en sus mesas, y el mundo de la noche abrió las puertas a vender de nuevo pines y camisetas. Curiosamente, el movimiento anti-rave también utilizó estos Smileys, como símbolo de rebelión ante esta cultura.

En 1996 el Smiley alcanzó uno de sus peores momentos. Las marcas ya no se interesaban por este cara, y nadie quería colaborar con Loufrani para incorporar su logotipo. Aprovecharon dicho momento para darle un nombre y crear una marca registrada, ya que hasta el momento, tan solo tenían la propiedad de dicho Smiley, pero cada cual podía llamarlo como quisiese. Así, Loufrani creó "The Smiley Company".

Del mismo modo, era momento de modernizar el Smiley, por lo que decidió pasar el diseño al 3D. El padre de Loufrani estaba totalmente en contra, ¿por qué cambiar un logotipo que ya estaba dando bastante dinero? Por suerte, la tecnología suele entender los cambios, y convertir esta carita sonriente en un icono 3D fue una de las mejores decisiones del artista.

En el año 2001, Loufrani lanzó más de 470 versiones de esta carita, lo que supuso el primer conjunto de emojis creado en la historia. Bajo la marca The Smiley Company, el artista creó SmileyWorld, y empezó a licenciar para compañías como Samsung o Nokia.

A pesar de que Microsoft y Apple crearon sus propios emojis, The Smiley Company y su negocio de licencias seguían funcionando. Los emojis empezaron a ponerse de moda, y las compañías de juegos, alimentación, marcas de moda y demás querían su presencia en sus productos.

De este modo, The Smiley Company factura actualmente unos 500 millones de dólares de forma anual, con acuerdos con compañías como Nutella, McDonald's, Dunkin ’Donuts o Coca-Cola. (www.genbeta.com)

europapress