Sara Larraín



Sara Larraín

En la última semana el gobierno decretó emergencia agrícola por escasez hídrica en Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins y 17 comunas de la Metropolitana, reconociendo 70% por ciento de déficit de lluvias y el peor invierno en los últimos 60 años.

Desde hace más de una década que estamos en crisis hídrica, y sólo desde 2008 se han decretado 111 declaraciones de escasez hídrica entre Atacama y Aysén.

Celebramos la aspiración formulada por el presidente en orden a descarbonizar el sector eléctrico y la economía en su conjunto, pero consideramos necesario expresar nuestra preocupación por la dudosa eficiencia del plan de corto plazo para reducir emisiones de CO2; por la incertidumbre política asociada al contenido de los acuerdos firmados entre el ministerio de energía y las empresas dueñas de las carboneras, y por la falta de medidas concretas para que el país alcance la neutralidad en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero.

En diciembre, nuestro país será sede de la próxima cumbre climática mundial, COP25. Este hecho además del tremendo esfuerzo político y admistrativo, presenta tremendas oportunidades de acción y liderazgo para Chile. En este contexto, el Presidente Piñera, puede tomar dicha oportunidad histórica, o dejarla pasar asumiendo un rol irrelevante.

Inspirados por el movimiento iniciado por la adolescente sueca, Greta Thunberg (16 años), cuya campaña por la urgencia y justicia climática ha logrado desde diciembre de 2018, la movilización de miles de estudiantes, en más de 270 ciudades del mundo, llamando a los gobiernos, a los burócratas internacionales y a los inversionistas a dejar de hablar y actuar para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Chile puede aportar liderazgo y ambición en la descarbonización del sector energético, responsable del 78 % de las emisiones de CO2 a nivel nacional, como consta en el reciente inventario presentado por el gobierno en Polonia.

En el caso de Chile, el gobierno tiene una gran oportunidad de ampliar su compromiso presentando una meta ambiciosa de descarbonización que tal como señala el inventario de emisiones al año 2016, que presentará la Ministra Smith en Polonia.

Chile puede cerrar las 7 termoeléctricas más obsoletas ahora y planificar un cronograma de cierre de las 20 restantes entre 2020 y 2030, pues el país hoy tiene el doble de la capacidad instalada de generación (oferta) de lo que requiere la demanda.

Durante estos 8 meses de 2018 además, las organizaciones sociales de Quintero –Puchuncavi han denunciado a la autoridad 25 varamientos de carbón, 2 derrames de petróleo y 26 peaks de dióxido de azufre (SO2), además de la grave emergencia de la semana pasada.

El problema de la electromovilidad, es que no necesariamente asegura la transición hacia una matriz más limpia, sino que muchas veces aunque los buses no emiten, si lo hacen las termoeléctricas a carbón que alimentan los cargadores que proveen carga a dichos buses. 

La Mesa para la Descarbonización convocada por el gobierno, es una instancia clave para un liderazgo del Ejecutivo para limpiar la matriz energética, cumplir con los Planes de Descontaminación y mejorar la salud de la población en las comunas donde se emplazan las carboneras; además de concretar los compromisos de Chile ante el Acuerdo de Paris.