Un despertar con esperanza

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Luis Riveros ok

Se observa que la derecha, en muy distintas versiones, está venciendo en distintos países de la región latinoamericana. Más recientemente ha sido el caso de Honduras, pero anteriormente lo fueron también, entre otros, Argentina, Bolivia y Ecuador. La pregunta es porqué estaría ocurriendo esto, y si es que hay una cierta corriente ideológica mundial que lleva a la “derechización” de los países, lo cual sería hoy en día encabezado por los EE.UU. No parece existir tal cosa, puesto que los casos de países son todos distintos y no existe algo como una cierta corriente ideológica mundial que trascienda sistemáticamente en los resultados observados. Es posible, sin embargo, aludir a algunos factores comunes, que seguramente los expertos están investigando y que colaboran a explicar este giro que se detecta en el sentimiento ciudadano. Posiblemente, el que más destaca es la crítica existente contra las administraciones reemplazadas por esta nueva oleada política. En efecto, todos percibimos que las fallas importantes de la administración Biden es lo que brindó un espacio muy decisivo para la nueva administración Trump, más conservadora, crítica de las políticas de gasto público y fuertemente nacionalista. Y en nuestro sur continental qué más decidor que la experiencia de Argentina, donde se elige un gobierno de derecha fundamentalmente a raíz de una desastrosa administración vinculada la izquierda, que llevo al país a un escenario de pobreza e inflación verdaderamente insostenible. Y lo mismo el caso de Bolivia, que ha vivido un panorama de grandes restricciones asociadas a decisiones gubernamentales que crearon escasez en mercados claves. Uno puede seguir estudiando estas situaciones, como seguramente lo están haciendo los expertos en estos temas, y concluirán que, en realidad, es la izquierda o las administraciones vinculadas a este mundo, la que ha abierto el camino para soluciones de derecha, frente a un pueblo que busca ansiosamente mejorar sus condiciones vida. Y no es este un tema menor, porque esas administraciones fueron elegidas en base a una esperanza de mejorar condiciones de vida, paz y prosperidad económica


En nuestro Chile se insinúa fuertemente un similar desenlace. El mismo se asociaría a los errores y fallas en las políticas del actual gobierno que, sin haber conducido a una crisis económica equivalente a la de otros países, ha dejado pasar la oportunidad de convertir a la política pública en un instrumento vital para obtener un mayor bienestar económico y equidad en lo social. La inversión privada ha decaído, el desempleo se ha estancado y asimismo se ha dado lugar a un desatado clima de inseguridad ciudadana frente a la cual no se perciben decisiones sostenibles. Asimismo, el país a está sujeto a una inmigración descontrolada, que afecta mucho al normal desenvolvimiento ciudadano, especialmente en relación al empleo y el acceso a servicios públicos, dominado por fallas sustanciales en educación y listas de espera interminables en salud. El electorado siente que las propuestas venidas del mundo de la derecha tienen más sentido para abordar con urgencia el escenario actual, el cual se ha rodeado también por situaciones de mal uso de los recursos públicos, a la par de un gasto por encima de los potenciales ingresos del Estado. O sea, como en otras partes, la derecha es considerada un camino de normalización y mejoramiento de las condiciones de vida.


Es fácil que prevalezca una realidad de frustración cuando un programa de gobierno es adoptado para enfrentar un escenario tan drástico como el que varios nuevos gobiernos han heredado. Un proceso que se inicia en una inspiración distinta, pero que enfrenta severos obstáculos. Eso lleva a la sensación de que no se atienden todos los problemas más relevantes y que el programa se encaminaría a un fracaso. Este el factor decisivo para el éxito de una nueva administración, bajo orientaciones distintas. Su éxito dependerá en gran medida de su capacidad de dialogo y de una comunicación activa con la ciudadanía. Esto edificará un despertar con esperanza, como así lo sueñan los más desposeídos.


Prof. Luis A. Riveros

Universidad Central

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