Probamos las Oakley Meta Vanguard: un nuevo juguete caro para deportistas que marcará tendencia

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Oakley Meta Vanguard


Meta ha lanzado las Oakley Meta Vanguard, una nueva línea de gafas con Inteligencia Artificial (IA) para el deporte que combinan el estilo inconfundible de Oakley con tecnología de vanguardia para practicar deportes de alta intensidad, ya sea en la carretera, en la naturaleza, en pistas de atletismo o en la nieve. Hemos podido probarlas y os vamos a compartir nuestras primeras impresiones.



La compañía de Mark Zuckerberg ha apostado por un producto de nicho para gente acostumbrada a darse 'caprichos'. Y esto es lo que nos han parecido las Oakley Meta Vanguard: un juguete caro que seguramente conquiste a muchos deportistas. Porque no se puede negar que las gafas molan. Tienen un diseño atractivo, una propuesta tecnológica -todavía- original y este tipo de usuarios siempre están abiertos a probar lo último. Sin embargo, el precio nos parece un poco caro para lo que ofrece.



La idea de integrar todo (nos referimos a vídeo, audio y conectividad) en un único dispositivo es el futuro y Meta está abriendo una categoría que tiene todo el sentido y que acabará copando el mercado, pero de momento no mejora a la suma de los productos que pretende incorporar por separado. Y nos referimos a los auriculares especializados de conducción ósea para hacer deporte y las cámaras de acción, fundamentalmente. Por 549 euros que cuestan estas gafas puedes comprar varios dispositivos de alta gama para realizar las mismas tareas.



UNA MEJORA EN EL AUDIO Y UNA CALIDAD DE VÍDEO SOLVENTE


Este dispositivo ofrece una mejora importante en el audio respecto a sus predecesores: las Rayban Meta Wayfarer (Gen 2) o las Oakley Meta HSTN. Unos altavoces integrados en las varillas hasta 6 decibelios más potentes, que ofrecen un audio envolvente y permiten a los deportistas tener un buen sonido incluso cuando corren por un lugar más ruidoso o van en bicicleta a 30 kilómetros por hora y con el viento golpeándoles.



Oakley Meta Vanguard cuenta con una cámara de 12 MP que captura vídeo en 3K (integrando además nuevos modos de captura como Hyperlapse o Slow Motion). La comparación con una GoPro que alcanza los 5.3K a 60 fps y permite tomar fotos en 27 megapíxeles, es aún abismal... pero lo que sí se le tiene que conceder a Meta es su capacidad de integrar esa tecnología en un espacio tan pequeño y versátil, que sí conquistará a quienes no necesitan de tanta calidad al capturar estos momentos.



Otro aspecto a favor es el campo de visión de 122 grados que captura la cámara y su posición, ubicada sobre la nariz, que consigue que la sensación de los vídeos se acerque mucho más al punto de vista del deportista, aportando un punto extra de autenticidad. Los controles por voz a través de Meta AI también ayudan a que la experiencia sea lo más ágil e integrada posible.



Para acabar con las especificaciones, hay que destacar que cuenta con resistencia al agua y al polvo con IP67 y monta una batería que ofrece hasta nueve horas de autonomía en uso mixto (o 6 horas de consumo de audio continuo), así como una funda que añade 36 horas más. Eso sí, hay que tener en cuenta a la hora de planificar la siguiente ruta que tarda 75 minutos en cargarse completamente.



ASISTENTE DE IA E INTEGRACIONES CLAVE PARA DEPORTISTAS


Los usuarios pueden utilizar la aplicación Meta AI para gestionar sus Oakley Meta Vanguard, ajustar sus configuraciones, compartir sus fotos y conectar con su asistente de Meta AI por voz. De esta forma, desbloquearán nuevas funciones, obtendrán consejos de otros atletas y otras muchas funciones que harán que la experiencia de uso sea mucho más rica.



En este sentido, aporta un especial valor la integración de Garmin y Strava con la aplicación Meta AI, de manera que los usuarios puedan obtener -por ejemplo- estadísticas en tiempo real sobre la marcha, sin necesidad de usar las manos.



La forma de controlar las gafas es la misma que en el resto de modelos de Meta. Puede hacerse por voz, como indicábamos previamente (activándose con un 'Hey Meta') o pulsando el botón que se encuentra en la patilla y hace las veces de disparador. Un LED situado en el exterior visible para el resto de la gente indica que el dispositivo está grabando y otro en el interior permite al usuario confirmar eso mismo.



Otro aspecto que no hemos comentado y que es fundamental es la comodidad a la hora de usarlo y ahí el 'expertise' de Oakley es clave. El puente de goma hace que las gafas caigan sobre la nariz sin ejercer demasiada presión, pero, al mismo tiempo, evitando con éxito que se deslicen con el movimiento o con el sudor. Y los cristales Prizm aumentan el contraste para un detalle nítido, en cualquier luz y clima.



Dicho todo esto, no cabe duda de que estamos ante un producto bien acabado, que une lo mejor del diseño gracias a Oakley -como ocurriese previamente con RayBan- y una exquisita integración de la tecnología gracias a Meta. El problema es que sus 549 euros de precio lo convierten en un juguete demasiado caro como para recomendarlo ciegamente.





europapress