Astrónomos del Observatorio Europeo Austral han identificado un enorme crecimiento acelerado en un planeta errante. A diferencia de los planetas del Sistema Solar, estos objetos no orbitan estrellas, sino que flotan libremente.
Las nuevas observaciones, realizadas con el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (VLT de ESO), revelan que este planeta errante absorbe gas y polvo de su entorno a una velocidad de seis mil millones de toneladas por segundo. Esta es la tasa de crecimiento más alta jamás registrada para un planeta errante, o cualquier otro planeta, lo que proporciona información valiosa sobre su formación y crecimiento.
En concreto, el descubrimiento, que se publica en 'The Astrophysical Journal Letters', se realizó con el espectrógrafo X-shooter en el VLT de ESO, ubicado en el desierto de Atacama de Chile. El equipo también utilizó datos del Telescopio Espacial James Webb, operado por las agencias espaciales estadounidense, europea y canadiense, y datos de archivo del espectrógrafo SINFONI en el VLT de ESO.
"La gente puede pensar en los planetas como mundos tranquilos y estables, pero con este descubrimiento vemos que los objetos de masa planetaria que flotan libremente en el espacio pueden ser lugares emocionantes", comenta en un comunicado Víctor Almendros-Abad, astrónomo del Observatorio Astronómico de Palermo, Instituto Nacional de Astrofísica (INAF), Italia y autor principal del nuevo estudio.
El objeto recién estudiado, cuya masa es de cinco a diez veces la de Júpiter, se encuentra a unos 620 años luz de distancia, en la constelación de Camaleón. Oficialmente llamado Cha 1107-7626, este planeta errante aún se está formando y se alimenta de un disco de gas y polvo circundante. Este material cae constantemente sobre el planeta, un proceso conocido como acreción. Sin embargo, el equipo dirigido por Almendros-Abad ha descubierto que el ritmo de acreción del joven planeta no es constante.
Para agosto de 2025, el planeta estaba acrecentándose aproximadamente ocho veces más rápido que solo unos meses antes, es decir, a una velocidad de seis mil millones de toneladas por segundo. "Este es el episodio de acreción más fuerte jamás registrado para un objeto de masa planetaria ", se sorprende Almendros-Abad.
El origen de los planetas errantes sigue siendo una incógnita, pero los hallazgos indican que al menos algunos planetas errantes podrían compartir una trayectoria de formación similar a la de las estrellas, ya que se han detectado explosiones de acreción similares en estrellas jóvenes. Como explica la coautora Belinda Damian, astrónoma de la Universidad de St. Andrews (Escocia): "Este descubrimiento difumina la línea entre estrellas y planetas y nos ofrece un adelanto de los primeros periodos de formación de los planetas errantes".
Al comparar la luz emitida antes y durante el estallido, los astrónomos obtuvieron pistas sobre la naturaleza del proceso de acreción. Sorprendentemente, la actividad magnética parece haber influido en la drástica pérdida de masa, algo que solo se había observado anteriormente en estrellas. Esto sugiere que incluso los objetos de baja masa pueden poseer campos magnéticos intensos capaces de impulsar tales eventos de acreción. El equipo también descubrió que la composición química del disco alrededor del planeta cambió durante el episodio de acreción, detectándose vapor de agua durante el mismo, pero no antes. Este fenómeno se había observado en estrellas, pero nunca en ningún tipo de planeta.
Los planetas que flotan libremente son difíciles de detectar, ya que son muy débiles, pero el próximo Telescopio Extremadamente Grande (ELT) de ESO, que opera bajo los cielos más oscuros del mundo para la astronomía, podría cambiar esto. Sus potentes instrumentos y su gigantesco espejo principal permitirán a los astrónomos descubrir y estudiar más de estos planetas solitarios, ayudándoles a comprender mejor su similitud con las estrellas.