Nuevamente estamos discutiendo una reforma tributaria que modifica la carga impositiva de los contribuyentes, ya sea eliminando exenciones para los fondos de inversión o incrementando la tributación de quienes perciben altos ingresos.
En relación con estos últimos, el proyecto de ley establece cambios en los tramos 7 y 8 de los impuestos que afectan a las personas naturales con domicilio y residencia en nuestro país, específicamente el Impuesto Único al Trabajo (IUT) y el Impuesto Global Complementario (IGC). El primero grava las remuneraciones percibidas por los trabajadores dependientes; el segundo, el conjunto de rentas que reciben las personas naturales, tales como honorarios, retiros, dividendos y ganancias de capital.
Ambos tributos son progresivos, es decir, aplican una mayor tasa a medida que aumenta la base imponible. El IUT utiliza una tabla expresada en Unidades Tributarias Mensuales (UTM), mientras que el IGC emplea la misma tabla, pero determinada en Unidades Tributarias Anuales (UTA).
La reforma establece que los contribuyentes con ingresos entre 125 y 150 UTM o UTA, según corresponda, estarán afectos a una nueva tasa del 38%. Para quienes superen los 150 UTM o UTA, se aplicará una tasa del 40%. En la práctica, esto significa que quienes hoy se ubican en el tramo 7, con ingresos inferiores a 310 UTM o UTA, verán aumentada su carga tributaria desde el 35% al 40%. Con ello, se busca generar la recaudación adicional que permita “cuadrar el círculo” y financiar los beneficios que el proyecto promete a determinados sectores.
¿Cuántos contribuyentes se verán afectados?
Según datos del Servicio de Impuestos Internos, considerando solo el IUT, actualmente 4.664 personas se encuentran en el penúltimo tramo, es decir, trabajadores con remuneraciones entre 8,2 y 10,3 millones de pesos. En tanto, solo 624 trabajadores perciben sueldos superiores a los 10,3 millones de pesos.
De acuerdo con nuestros cálculos, la aplicación de estas modificaciones en el IUT representaría una recaudación anual de $136.349.559.842 (equivalentes a US$ 143.525.852).
¿Es esto mucho o poco?
Para responder, resulta útil comparar. La reforma tributaria de octubre del año pasado proyectaba recaudar US$ 4.500 millones anuales en régimen. Para dimensionar esa cifra, basta recordar que el Puente del Chacao ha sido presupuestado en torno a US$ 1.000 millones; en otras palabras, aquella reforma esperaba obtener recursos suficientes para financiar cuatro puentes y medio de esa envergadura.
En contraste, ¿es significativo recaudar apenas 143 millones de dólares?
Para tener un parámetro, el presupuesto anual de la Universidad de Chile asciende a US$ 983.361.557. Es decir, los ingresos adicionales que generaría esta reforma apenas cubrirían una fracción mínima de lo que necesita esa institución en un solo año.
Cabe agregar que los US$ 143 millones estimados representan un escenario optimista, sin considerar eventuales efectos distorsionadores ni la merma que, según la teoría económica, suele producirse ante incrementos de la carga tributaria. No debe olvidarse la llamada “curva de Laffer”, que postula que los aumentos en la tributación de los altos patrimonios no generan necesariamente una recaudación proporcionalmente mayor. Esta teoría se encuentra respaldada por datos empíricos y estudios serios.
Por lo tanto, no resulta exagerado anticipar que las cifras esperadas para compensar los beneficios prometidos serán difícilmente alcanzables. Más aún, cada reforma tributaria conlleva un desgaste tanto para los parlamentarios como para la opinión pública, que debe presenciar debates y discusiones cuyo resultado, en este caso, se traduce en una recaudación magra y poco significativa.
Prof. Germán R. Pinto Perry
Director Programas de Especialización Tributaria
Representante USACH en FESIT
Universidad de Santiago