Durante décadas, el campo de la ingeniería ha sido visto como un territorio predominantemente masculino. Sin embargo, hoy las mujeres están dejando una huella profunda e inspiradora, no solo por sus capacidades profesionales y técnicas, sino también por su visión humana, empática y transformadora del liderazgo.
En Siemens Sudamérica sin Brasil, estas voces femeninas no solo ocupan espacios clave, sino que impulsan la innovación, el desarrollo sostenible y una cultura más equitativa. En Chile, según ONU Mujeres, se encuentra en el puesto 79 del mundo respecto al Índice de desigualdad de género de 2017, es decir, en la parte media de la tabla regional.
Por otro lado, estudios nacionales revelan que, durante cinco años, solo 1 de cada 4 matrículas en áreas STEM corresponde a mujeres. A nivel mundial, la población femenina que escoge esta área de estudio representa el 30% del total y son las mujeres quienes tienen mayores índices de deserción.
En ese contexto, las mujeres de Siemens comparten algo en común: su pasión por las matemáticas y la física desde temprana edad, así como la determinación para elegir una carrera desafiante.
Desde Chile, Zuleyma López lidera la unidad de Digital Industries. Su elección por la electrónica surgió sin referentes familiares, solo por intuición: “Sabía que quería una carrera donde pudiera inventar, diseñar. Me presenté a varias universidades hasta que quedé. Hoy, como mánager, manejo equipos multidisciplinarios, donde liderar se parece a ser psicóloga: hay que conocer a cada persona para lograr que el equipo funcione y todos estén satisfechos con su trabajo”.
Con su hija ya en la universidad, recuerda cómo logró construir una carrera exigente sin renunciar a su rol de madre: “Mi esposo fue clave. Me apoyó desde que nuestra hija era pequeña porque yo viajaba mucho. Sin ese partner, este rol sería imposible”, agrega López.
Casos destacados en Siemens
Lizeth Bravo, ingeniera eléctrica y líder del equipo de operaciones de Electrification & Automation en Siemens Colombia, recuerda claramente su elección profesional: “No me gustaba la química, así que busqué algo donde no tuviera que verla. Me encantaban las matemáticas y la física, así terminé en ingeniería eléctrica, lo que hoy es mi pasión”.
Pero su mayor desafío, admite, no ha sido técnico, sino humano: lograr el balance entre su trabajo y su hija de 12 años.
Ese equilibrio entre lo personal y lo profesional también lo vive María Clara Yepes, directora de Digital Industries en Colombia y con 19 años en la organización. Siempre supo que lo suyo eran las ciencias exactas, pero el mayor reto vino después, al asumir responsabilidades de liderazgo: “Desde el inicio sentí una gran responsabilidad por demostrar que era capaz de liderar con excelencia. Pero al mismo tiempo tenía claro que no podía descuidar a mi familia. Mantener ese equilibrio ha sido posible gracias al apoyo mutuo, una buena organización y aprender a establecer límites sanos”.
La historia de la argentina Laura Beatriz Cabrera es ejemplo de tenacidad. Hoy lidera la plataforma de mantenimiento predictivo con Inteligencia Artificial de Siemens -Senseye-, pero su entrada a la ingeniería fue un salto a lo desconocido. “No quería ir a una escuela técnica. Mi mamá fue quien me animó a estudiar ingeniería, y se lo agradeceré por siempre. No sabía a qué me enfrentaba y me costó mucho porque venía de otro mundo, pero- al final-encontré en esta profesión una forma de crecer, conocer lugares y personas talentosas, además de aprender sin pausa”.
En Perú, Gloria Viviana Ratto nos cuenta su recorrido de 19 años en Siemens. Aunque en sus planes estaba estudiar ingeniería industrial, terminó descubriendo su lugar en la química. “En mi facultad, solo el 20 % éramos mujeres. Fue difícil al comienzo, pero me arriesgué y nunca me arrepentí, además tuve todo el apoyo de mi familia. Me encanta y gratifica lo que hago”.
Una industria que se fortalece con la diversidad
Si algo comparten todas estas ingenieras es su convicción de que la diversidad y la inclusión enriquecen el trabajo. Todas ellas creen en un futuro más equitativo, donde el talento no tenga género y las oportunidades se construyan desde el mérito.
En Siemens, la diversidad no es solo un valor: es una estrategia de innovación. La compañía promueve activamente la inclusión de diferentes ideas, experiencias y trayectorias en todos los niveles organizativos, convencida de que el talento no tiene género, edad, origen ni orientación. Esta visión se traduce en políticas concretas que impulsan la equidad y la representación, y que reconocen que los equipos diversos son más creativos, resilientes, eficientes y orientados a alcanzar los objetivos de forma colectiva y colaborativa.