El panorama también muestra que el 84 % de las empresas en el país contratan practicantes al menos una vez al año, generalmente con contratos de plazo fijo y jornadas de alrededor de siete horas diarias, según la consultora Mercer. Este fenómeno no responde solo a necesidades operativas, sino a una visión estratégica donde las nuevas generaciones son vistas como impulsores de innovación, renovación cultural y sostenibilidad organizacional.
Luis Carlos Malca, gerente de Gestión de Personas de Sermaluc, ha liderado la transformación del modelo de prácticas dentro de la compañía. “Rediseñamos nuestras prácticas para que no sean una experiencia pasiva, sino un proceso de inmersión real en la dinámica organizacional. Lo que buscamos son jóvenes que quieran construir con nosotros desde el día uno”, comentó.
Desde 2023, Sermaluc integra a los estudiantes en células ágiles de innovación, donde participan activamente en el desarrollo de soluciones tecnológicas con impacto concreto. Más que ser observadores, se les considera parte del equipo desde el inicio.
Este enfoque fue clave para que la compañía alcanzara el 5° lugar nacional en el Ranking BIE General Chile 2025, que evalúa la experiencia de práctica profesional en organizaciones de todo el país. “Lo que vimos en nuestros practicantes más valiosos fue su capacidad para aprender de manera autónoma, adaptarse a nuevas herramientas digitales y colaborar sin miedo a equivocarse. Esa disposición es más potente que cualquier conocimiento previo”, agregó Malca.
Esta evolución responde también a los nuevos escenarios laborales: entornos híbridos, uso intensivo de tecnología, y una creciente demanda por competencias transversales. En sectores como TI, logística, manufactura, consultoría y finanzas, los programas de prácticas se han vuelto una vía efectiva de reclutamiento anticipado y retención de talento.
Más allá de cumplir un requisito académico, las prácticas hoy son un espacio donde estudiantes, empresas e instituciones educativas pueden construir en conjunto el futuro del trabajo. “Cuando diseñamos estos programas lo hicimos pensando en la transición fluida entre el aula y la empresa. No se trata solo de aprender tareas, sino de participar en la construcción del futuro profesional y organizacional”, concluyó Malca.