​¡El invierno toca a tu puerta!

¿Qué es el efecto rebaño y cómo debemos protegernos contra los virus respiratorios invernales?

|

Con la llegada del invierno, y el plan estratégico del Ministerio de Salud que ha logrado un 74% de la cobertura de todos los grupos objetivos, es fundamental aumentar los cuidados para prevenir contagios con virus respiratorios invernales.


Según cifras del MINSAL a la fecha, ya se han vacunado 7.400.000 personas contra la Influenza y se ha alcanzado la meta del 85% en todos los grupos específicos, excepto en personas mayores de 60 años, embarazadas y en los niños entre los 6 meses y los 5 años, grupos en el que es preciso reforzar la inoculación.


Patricio Huenchuñir, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa), mencionó que “las cifras oficiales nos muestran la necesidad que toda la población y, no sólo la de riesgo, tome conciencia de la importancia de la vacunación, que tiene por objetivo que entre más personas estén inoculadas, se logra el llamado efecto rebaño que, al final, es el que protege a la porción de la población no vacunada de los virus respiratorios invernales como el sincicial, e incluso disminuye el riesgo de muerte en quienes son más vulnerables”, afirma el experto.


Mitos sobre las vacunas

Nacido en 1978, el Programa Nacional de Inmunizaciones de Chile es transversal y se ha mantenido independientemente de los diferentes gobiernos, resumen el experto de ASILFA. Del mismo modo, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades médicas a nivel global han sido enfáticos en explicar que la decisión de no vacunarse conlleva consecuencias graves para la sociedad.


A continuación, Asilfa derriba los principales mitos que existen en torno a las vacunas:


- Las vacunas no causan autismo: no hay evidencias de ningún vínculo entre las vacunas y el trastorno del espectro autista. Hubo solo un estudió que los asoció en 1998 y fue refutado por cientos de investigaciones bien diseñadas.


- Las vacunas no tienen ingredientes dañinos o peligrosos: todas las vacunas se encuentran registradas por la autoridad sanitaria, es decir, son de calidad, seguridad y eficacia comprobada, tanto a nivel nacional como internacional.


- Las vacunas tienen más beneficios que riegos: como cualquier medicamento, todas las vacunas tienen un proceso científico prolongado y riguroso, además de contar con certificaciones de organismos de salud que aseguran su calidad a la población. Algunas personas pueden sufrir efectos secundarios leves y a corto plazo como fiebre, malestar o erupción cutánea, pero el efecto prolongado es la inmunización.


- No contienen microchips para rastrear a las personas: durante la pandemia del Covid-19 circuló este rumor, los cual es absolutamente falso. Ningún gobierno u organismo ha insertado microchips en las vacunas.


Cabe recordar que el uso de mascarillas es fundamental para disminuir contagios, principalmente en la población de riesgo como lactantes y adultos mayores; el lavado frecuente de manos; el mantener los espacios ventilados y también la higiene respiratoria, -al toser o al estornudar cubrir la nariz y boca con un pañuelo de desechable o la parte interna del codo-, permiten reducir riesgos.


europapress