Tras el anuncio del Presidente Gabriel Boric de retomar y avanzar en el proyecto de negociación ramal, desde el Partido Republicano manifestaron su rechazo a cualquier intento de avance legislativo de esta iniciativa, advirtiendo que representa una amenaza para la generación de empleo, a las pymes y el crecimiento de los salarios.
Según explicó el diputado Juan Irarrázaval, “la negociación ramal es muestra del germen totalitario que inspira a este gobierno ya que es un medio esencialmente fascista que busca defender intereses corporativistas. No es más que un intento encubierto del Presidente de la República por imponer una agenda sindical radical que atenta contra la libertad, en particular contra la libertad de trabajo y contratación garantizada por nuestra Constitución, que estos años ha sido ratificada dos veces por la ciudadanía chilena. Además, en lugar de fomentar el empleo, esta propuesta amenaza el crecimiento de los salarios y con castigar a quienes generan trabajo en Chile, específicamente a las pymes. Desde ya advertimos que rechazaremos cualquier intento del gobierno por avanzar en la imposición de los operadores sindicales de la negociación ramal, en cualquiera de sus formas”.
Irarrázaval agregó que “esta es una propuesta ideológica que busca beneficiar a los grandes privilegiados de las dirigencias sindicales a costa de la gran mayoría de los chilenos que trabajan ardua y honestamente. Además nosotros estamos en una campaña en que no vamos a permitir que se le pongan más trabas a quienes generan empleo. Chile necesita flexibilidad, inversión y crecimiento, no más regulaciones que ahogan al mundo productivo y laboral. Centralizar las negociaciones por sector solo ayudará a desincentivar la inversión y a limitar la capacidad de las empresas para adaptarse a sus realidades particulares.”
En este sentido, el diputado republicano aseguró que “creemos en la libertad de emprender, de trabajar, de progresar, de contratar, en el mérito y en el derecho de cada trabajador y empleador a definir sus condiciones dentro de un marco justo y flexible. Imponer condiciones uniformes desde arriba, con presión política e ideológica, es fascismo, exactamente lo contrario a lo que Chile necesita para salir adelante que es libertad para reactivar el trabajo y la economía. Este proyecto, más aún en este contexto de un mercado laboral debilitado, no solo es irresponsable, es criminal con quienes hoy buscan una oportunidad para salir adelante”.