No puedo comprar tu producto

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Germau0301n Pinto (1)


El otro día supe de una situación que me ha hecho reflexionar sobre la informalidad y la economía sumergida que estamos apreciando desde hace unos años y que se está volviendo un problema.


Un joven me comentó que quería incursionar en un emprendimiento de productos de repostería. Sería algo de pequeña escala, pero que le acomodaba para logra ingresos, ya que no había podido encontrar trabajo en lo que había estudiado.


Como es una persona muy responsable y quería hacer todo “legal”, me contactó para consultarme cómo podía formalizar su proyecto, para lo cual, comencé con el discurso que he repetido miles de veces. No tengo palabras para resumir la transformación de su rostro a medida que iba comentando que debía constituirse como empresario individual, hacer inicio de actividades, elegir el régimen de tributación, bajar aplicación para emitir boletas, trámites especiales si emitirá facturas, el tema de las 50 transferencias, el tema de la impresión del comprobante aparato que permite el pago, etc. Su transformación fue máxima cuando le comenté que debía pagar patente y que su padre, en cuya propiedad alojaría el domicilio de su emprendimiento, perdería la rebaja en las contribuciones, porque su vivienda está acogida al DFL 2 de 1959.


Lo más dramático fue cuando le comenté que, por vender alimentos, debía contar con una autorización sanitaria otorgada por la autoridad pertinente.


Todo esto terminó por desincentivar su emprendimiento y decidió seguir buscando trabajo en la profesión que había estudiado, algo que no había sido posible en los últimos años.


Me comentó había querido formalizar su incipiente negocio porque un potencial cliente le solicitó factura para poder comprar el primer pedido interesante que había logrado y que lo había entusiasmado para insistir en su cometido comercial.


En un destello de ingenio, recordé que existen las “facturas de compra” que son documentos que respaldan una operación afecta con IVA, cuando el vendedor o prestador de servicios, es de difícil fiscalización. Lo particular de esto, es que solo es pertinente realizar esta emisión en rubros autorizados, es decir, para emitir una factura de compra debe mediar una resolución del Servicio de Impuestos Internos que autorice la operación de cambio de sujeto de IVA o que corresponda a una operación que genéricamente se haya autorizado. Todos estos casos están vinculado a la compra de chatarra o productos del agro y, de haber alguna posibilidad de aplicar para la repostería, implica que comprador debe hacer un trámite ante el Servicio, lo que desincentiva cualquier operación esporádica. Dado lo anterior, mi genial idea se esfumó por los aires.


Es evidente que la autoridad fiscal establece controles necesarios para evitar el mal uso del IVA crédito fiscal y otras operaciones ilegales que afectan el correcto cumplimiento tributario. Por eso se restringen estos documentos a determinados rubros, se establecen procedimientos particulares a realizar y otras exigencias que garantizan la transparencia en las transacciones. Sin embargo, no es menos cierto que terminan por matar buenas ideas de negocios que, en realidad, solo buscan obtener una subsistencia económica.


Se ha comentado que se impulsará un modelo de monotributo por dos años que permitirá a incipientes emprendedores evaluar si les conviene el negocio a realizar, teniendo la opción de cambiar a los regímenes generales o terminar con el proyecto, pero no es menos cierto que de todas formas falta la opción con un margen de libertad y comodidad para poder legalizar negocios esporádicos que se realizan en forma instantánea y que no obedecen a una intención apañada de defraudar al Fisco, sino solamente obtener un ingreso digno para poder sobrevivir dignamente.


Esto me llevó a reflexionar sobre la mejor forma de terminar con la informalidad es castigar o invitar a la formalización a través de procedimientos flexibles y eficientes. Espero que esto esté en la mente de las autoridades que están ideando una nueva reforma tributaria y en la mente de los futuros candidatos presidenciales.


Prof. Germán R. Pinto Perry

Director de Programas de Especialización Tributaria

Director de CAPIC

Universidad de Santiago

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