La asistencia regular a clases es esencial para lograr un aprendizaje continuo y efectivo en los estudiantes, permitiéndoles desarrollar competencias académicas, sociales y emocionales que son claves para su desarrollo integral. En este contexto, campañas como "Cada Día Cuenta" del Ministerio de Educación en Chile enfatizan la importancia de la asistencia diaria.
En muchos países, las escuelas se utilizan comúnmente como centros de votación, aprovechando su ubicación accesible y central en las comunidades. Sin embargo, esta práctica puede interrumpir el calendario escolar, afectando el aprendizaje continuo. En Chile, donde existen 11.123 establecimientos educativos, 3.155 fueron utilizados como locales de votación dos o tres días, con objeto de la realización de las elecciones municipales y regionales de octubre, representando al 29% de las escuelas. Además, 491 de estos establecimientos se emplearon como centros escrutadores, lo que prolongó la suspensión de clases hasta el martes 29 de octubre.
Otros países han tomado medidas para minimizar esta interrupción. En el Reino Unido, las autoridades locales evalúan si es necesario cerrar el colegio por completo o si pueden limitar el uso a una sección específica del edificio, permitiendo que el resto de la escuela siga operativa durante las elecciones.
En Estados Unidos, el sistema electoral ofrece opciones flexibles para votar que permiten iniciar el proceso desde un mes antes del día oficial de la elección. Además, se prefieren otros espacios públicos, como centros comunitarios o estaciones de bomberos, y se recurre a escuelas solo si no hay alternativas viables. Si bien estas pueden presentarse algunas debilidades, como posibles desafíos logísticos y de seguridad, su implementación es evaluable y ofrece la oportunidad de reducir interrupciones en el calendario escolar.
Implementar medidas similares en Chile, junto con un sistema rotativo de sedes de votación, podría ayudar a minimizar la pérdida de clases. Estas estrategias, en línea con iniciativas gubernamentales, destacarían la importancia de asegurar una asistencia continua, esencial para una educación inclusiva y equitativa, especialmente en el contexto de la recuperación postpandemia.
Lo anterior se refuerza con estudios realizados en materia de Educación. Según los resultados de la prueba PISA 2022, el 17% de los estudiantes chilenos de 15 años reportaron haber repetido al menos un curso desde su ingreso a la educación primaria, en contraste con el promedio del 9% en los países de la OCDE. La repitencia escolar se asocia a factores diversos, incluidos períodos prolongados sin clases y retos en el proceso de aprendizaje.
Otro aspecto clave en relación con las pausas académicas se observa en ciertos niveles críticos del proceso formativo, como el aprendizaje de la lectura en 1° básico. Históricamente, alrededor de 158.000 niños han pasado a 2° básico sin alcanzar niveles adecuados de lectura, lo que representa aproximadamente el 60% de los estudiantes.
Las pausas académicas, como las vacaciones de verano, evidencian retrocesos de meses en los logros alcanzados. Frente a esta evidencia, analizar la pérdida de clases debido a las elecciones cobra gran relevancia.
María Jesús Honorato,
Decana de la Facultad de Educación Universidad de Las Américas