Las miradas de Jano

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Luis Riveros

Muchas veces las personas tenemos que salir de la apreciación puntual sobre los problemas contingentes, para elevarla a una consideración más amplia en un sentido temporal. Esta elevación de la mirada es propicia para abordar los temas más relevantes que nos afectan y tomar decisiones respecto a aquellos que consideramos más decisivos. Los países deben hacer lo mismo: salir del puro corto plazo y de la mirada estrecha a la problemática que les afecta, para abordar desde un punto de vista más integral aquellos problemas más decisivos, que posiblemente están también en la raíz del día a día que afecta su marcha. Esta elevación de la mirada demanda una fundamental decisión: mirar más allá, aunque sin descuidar la incidencia y tratamiento de los problemas inevitables que el corto plazo y el pasado reciente envuelven. Una mirada que debe pone énfasis en los aspectos cruciales que diagnosticamos como detonantes de las situaciones de corto plazo, pero capaces de mover la espiral del tiempo en la dirección del cambio necesario en la perspectiva del largo plazo. A nivel de país esto requiere liderazgo y conducción, para un debate de ideas y adopción de decisiones cruciales a ser abordadas en el tiempo.


Nuestro país sufre de problemas muy graves que ameritarían consideración urgente para evitar que sigan multiplicando sus efectos nocivos sobre la salud del cuerpo social. Delincuencia, terrorismo, narcotráfico mantienen angustiada a la población en sus distintos contextos geográficos y sociales, a lo cual se suma una preocupante situación económica marcada por desempleo y caída del ingreso per cápita. Un dialogo político polarizado y marcado por descalificaciones y ausencia de acciones proactivas, hacen persistentes esos problemas. Asuntos que en el corto plazo necesitan ser enfrentados, y que no tendrán, ciertamente, una solución inmediata a pesar de los esfuerzos que se hagan. Peor aún en ausencia de un consenso político sobre la agenda con que se debe actuar, envolviendo reformas y recursos que ni siquiera están claras en un marco de prioridades. En este corto plazo, en el cual nos desenvolvemos los ciudadanos, prevalece desorientación y temor, dado la ausencia de decisiones que puedan aliviar nuestra vida, la falta de un debate centrado sobre las prioridades y la existencia de una discusión política que solamente denota la profunda frustración y sentimiento de desamparo.


Es necesario elevar la mirada y poner en discusión cuestiones que importan a la ciudadanía, y que no pueden ser abordadas sólo en una perspectiva cortoplacista. El cambio de eje de la discusión puede vitalizar la idea de acuerdos en materia política y social, dando pasos positivos para mejorar nuestra situación como sociedad en el contexto de largo plazo. Esto, sin embargo, requiere un liderazgo en ideas y propuestas, que permita no sólo salir del agobiante corto plazo que debe abordarse en paralelo, sino también cambiar las perspectivas otorgando esperanza de días mejores. Para eso es también importante sacar lecciones del pasado.


Bien haría el país en centrar la discusión en un tema que interesa prioritariamente a la ciudadanía. La educación ha sido descuidada como un aspecto que requiere políticas con mirada de futuro y una visión de sociedad, haciéndola elegible como centro de debate y acuerdos políticos. La educación es importante desde muchos puntos de vista, especialmente en lo que tiene que ver con valores y principios que hoy día son faltantes. El debate debería centrarse en tres ejes, cada uno conducentes a propuestas específicas. Primero, una mirada profunda a los contenidos y metodologías con los que se imparte educación, requiriendo modernización de los mismos e integración de nuevas miradas cruciales para la generación que se está formando para un futuro incierto y dominado por la tecnología. Segundo, una revisión innovativa sobre la formación de profesores, tema que no está aparte de la necesidad de restaurar el sentido del respeto por el ejercicio docente y la modernización formativa apegada a las nuevas técnicas y métodos de enseñanza. Habría que pensar en la oferta por parte de instituciones que efectivamente consideren a la educación como la profesión de mayor trascendencia e impacto a futuro. Tercero, habría que reponer el debate sobre el financiamiento, especialmente en cuanto a la estructura de los subsidios y la necesidad de apoyar a regiones, sectores rurales y enseñanzas básica y media, sin olvidar que la gestión ha de requerir revisión de resultados. Todos estos temas pueden llenar una agenda de debate nacional, sobre un tema requerido y francamente olvidado como es la educación, su financiamiento y la estructura del sistema.


El 2024 podría ser el año en que se inicie un debate constructivo sobre un tema decisivo en materia social, económica y estratégica. Sin abandonar la necesidad de mirar al pasado para abordar con solvencia el presente, es necesario levantar la mirada hacia el futuro y lo que como generación seremos capaces de legar. Eso simboliza el dios Jano: con un rostro mirar al pasado y por el otro mirar al futuro, meditando sobre las lecciones aprendidas.


Prof. Luis A. Riveros

Universidad Central

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