​El éxito se escribe en equipo: startups, laboratorios y universidades

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Ignacio Parada (1)

A menudo, se tiende a pensar que el camino del emprendedor es solitario, caracterizado por largas horas de trabajo individual, donde nos enfrentamos a responsabilidades y decisiones aparentemente solos. No obstante, si analizamos esta percepción desde una perspectiva más amplia, podemos concluir que este no debería ser el caso. Las alianzas estratégicas han demostrado ser la clave del éxito para cualquier startup, especialmente aquellas que buscan generar un impacto positivo en el medio ambiente, la economía y la sociedad en general.


En esta ocasión, me gustaría destacar la relación exitosa que tenemos con instituciones académicas, específicamente con laboratorios y grupos de investigación de diversas universidades de la región. Un acoplamiento preponderante que permite, en nuestro caso, certificar la biodegradabilidad de nuestros productos y la sustentabilidad de sus procesos, al mismo tiempo que nos mantiene actualizados sobre las últimas tendencias medioambientales y las obligaciones que debemos prevalecer ante la sociedad y los organismos competentes. Ésto ha posibilitado el avance en el desarrollo de nuestros empaques y vincularnos con el medio, como también enorgullecernos por las conexiones activas que sostenemos con 17 entidades en América Latina.


Para Bioelements, el valor que aportan las universidades en materia de innovación y tecnología es enorme, singular e inigualable, ya que los consideramos como aliados activos en la búsqueda de los cambios que vienen a futuro. La motivación de cada una de ellas por la investigación y el desarrollo, junto con la validación docta que promueven en su quehacer, nos ayudan a dar credibilidad y soporte científico a lo que procedemos todos los días. Es por ello que nos enorgullece tener la oportunidad de trabajar con los mejores equipos universitarios de Latinoamérica, y seguir aprendiendo de ellos.


La colaboración fomenta un constante intercambio de ideas, conocimientos y aplicaciones, donde las discusiones y el diálogo interdisciplinario estimulan la creatividad y la resolución de problemas. Combinar la experiencia de científicos y académicos con la iniciativa emprendedora es una fórmula propicia para la innovación, un aspecto crucial en nuestra búsqueda del desarrollo sostenible.


Trabajar en contribución con universidades de Latinoamérica como Universidad Nacional Autónoma de México (México), Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil), Pontificia Universidad Católica de Chile (Chile), Universidad Nacional Agraria La Molina (Perú), y otros organismos como ANLA (Colombia), FDA (EEUU), nos permite adaptar y mejorar nuestra solución biodegradable para las distintas condiciones ambientales, lo que hace ajustarnos a todos los requerimientos que enfrentamos en los países donde nos encontramos con Bioelements. De hecho, hace unos días, en una visita que hicimos a los laboratorios de la UNAM, conversamos con los profesionales detrás de nuestros bioproductos en México.


En la ocasión, nos comentaron que su función era investigar si las empresas iban por un buen camino de acuerdo a sus directrices y propósitos, o si precisaban algo a corregir en términos de laboratorio o de normativas. Con aquello, ayudaban a fabricar productos de calidad y de paso consolidaban un vínculo infrecuente pero necesario. Y es que ellos consideraban difícil que una empresa vaya siempre de la mano con la investigación, pero era muy importante que se diera así porque unidos se podían lograr avances eficientes, confiables y a corto plazo.


Sin duda, esta colaboración promueve la inversión y el financiamiento, lo que puede abrir puertas a diversas oportunidades económicas. La cooperación con estas instituciones es vista como un estímulo para confiar en iniciativas innovadoras y audaces, lo que, a su vez, mejora la imagen de la empresa y su responsabilidad social corporativa.


Las empresas que trabajan en conjunto con universidades y laboratorios demuestran un sincero interés enabordar desafíos complejos y en contribuir al avance del conocimiento. Esto fortalece el mensaje de sostenibilidad ante los clientes, el gobierno y todos aquellos que valoran la innovación y el progreso desde una perspectiva ambiental y social.


En última instancia, debemos plantearnos por qué no considerar estas asociaciones como una parte fundamental de la estrategia de cualquier negocio. El crecimiento no debería ser un camino solitario, sino un esfuerzo colaborativo y en equipo. Establecer alianzas estratégicas y duraderas con la academia puede ser una estrategia beneficiosa que impulse la creación en beneficio del medio ambiente y la sociedad. Esto nos recuerda las palabras del pionero de la cristalografía, el físico John Desmond Bernal (1901-1971), quien afirmaba que el trabajo en grupo se convertiría en el método de investigación científica más importante de todos.


Ignacio Parada , 

CEO de Bioelements

europapress