​¿”El sur”? Una mala idea

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Gonzalo islas

La noticia nos sorprendió. Una declaración conjunta de los presidentes de Brasil y Argentina, anunció a inicios de esta semana, la intención de avanzar a una moneda sudamericana común que pueda usarse tanto para los flujos financieros como comerciales. El ministro de Hacienda argentino, en declaraciones al Financial Times, señaló que “habrá una decisión para comenzar a estudiar los parámetros necesarios para una moneda común, que incluye desde cuestiones fiscales hasta el tamaño de la economía y el papel de los bancos centrales”, y añadió que se invitaría a otras naciones de la región que quieran participar.


¿Qué posibilidades de éxito tendría esta moneda única sudamericana, la cual, según informes de prensa se denominaría “el sur”?


A partir de los trabajos de Robert Mundell, Premio Nobel de Economía en 1999, sabemos que para ser exitosas las áreas monetarias comunes, como es el caso de los países europeos y el Euro, deben cumplir una serie de condiciones: primero, existencia de movilidad laboral, esto es libre flujo de trabajadores entre los países que son parte del área monetaria; segundo, movilidad de capital y flexibilidad de precios y salarios en los países que integran la región, esto es ausencia de controles de precios; tercero, mecanismos de redistribución fiscal que permitan compensar a países que pueden verse más ser afectados por ciclos monetarios contractivos, y cuarto, ciclos económicos similares.


Que los países participantes tengan una buena salud monetaria y financiera es condición necesaria para que una moneda única pueda funcionar bien. Es por ello que la Unión Europea establece como requisitos para poder ingresar a la Zona Euro: el logro de un alto grado de estabilidad de precios y que las finanzas públicas se encuentren en una situación sostenible.


Es fácil darse cuenta que son varios los aspectos que distan de cumplirse entre Argentina, país donde los controles de precios son de uso común y los default de deuda pública son frecuentes, y Brasil, país que en la última década ha tenido un déficit fiscal promedio superior al 7% del PIB y donde la deuda pública en relación a este último indicador se ha casi duplicado en el mismo periodo. Mucho menos podrían incluirse otros países, como sería el caso de Chile.


La buena noticia es que las autoridades chilenas han mostrado poco entusiasmo por esta idea. El ministro de Hacienda señaló que “estamos cómodos con una política fiscal y monetaria propia”.


Cabe recordar también que hace algunos meses, desde el otro lado de la cordillera, nos sorprendimos con la idea de establecer un “cartel del litio” entre Argentina, Bolivia y Chile, de la cual no hemos tenido más noticias y parece haber pasado al baúl de los recuerdos. Lo más probable es que la moneda común sudamericana tenga un destino similar.


Gonzalo Islas 

Decano Facultad de Ingeniería y Negocios 

Universidad de Las Américas 

europapress