Despilfarro terrorista

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Javier Fuenzalida A


31 sueldos mínimos o $ 9.5 millones de pesos mensuales es la dieta de un diputado. 14 de ellos desobedecieron arrogantemente a sus votantes. Chile Vamos declara estar en contra del retiro de dineros de las cuentas de AFP por el impacto a futuro, sin antes reformar el DL 3500 en trámite parlamentario, en que debe aumentarse la tasa de cotización mensual del 10 % al 15 % y aumentar la edad de jubilación a no menos de 65 años acorde con las actuales características demográficas.

La esperanza de vida actual es 10 años superior a la de 1981 cuando se dictó el DL 3.500 lo que ha sido determinante para que las pensiones actuales sean más bajas que las estimadas al inicio del sistema, algo que los oponentes no han querido reconocer y prefieren echarle la culpa a los administradores de fondos, en circunstancias que los dineros han sido invertidos con altos retornos.

Ahora con el proyecto que los diputados livianamente aprobaron, la situación será peor aún, a menos que el estado subsidie el capital rescatado con una especie de bono de reconocimiento capitalizado hasta que los actuales cotizantes se pensionen. Pero ¿Quién pagará ese bono? El estado. Pero es que el estado no es productivo, no gana sueldo, sino que recibe una mesada de los contribuyentes, los impuestos. O sea, en definitiva, la población actual que retire hasta el 10 % de su cuenta individual, será compensada con recursos de los actuales y futuros contribuyentes a quienes se les castigará su bienestar futuro. Es Moya degollado.

Este resultado no fue ni remotamente examinado por los parlamentarios.

Por otra parte, aprobado el auto manotazo a las cuentas individuales, los administradores de los fondos tendrán que salir a vender parte de los activos financieros en que se han invertido las cotizaciones. El 56,2 % en el país. De esa parte, el 85 % e bonos y otros valores de renta fija. Esto quiere decir, que, al salir a licuar los fondos, el precio de los bonos bajara, o lo que es lo mismo, subirán las tasas de interés. Si se venden activos extranjeros, el 44 % de los fondos, bajará el tipo de cambio. Un golpe en el mercado financiero. Baja en el dólar con alza en la tasa de interés. ¿Qué hará el Banco Central? ¿Cómo se pretende combatir el desempleo y la caída del PIB con unas tasas de interés crecientes?

Los créditos hipotecarios acusarán también un duro golpe. Los bancos, cuando los otorgan para la compra de una vivienda, entregan al nuevo deudor letras hipotecarias que deben salir a venderlas al mercado (el banco se encarga de esta operación). Dado el mercado desequilibrado que el rescate producirá, las letras se venderán a un menor precio al igual que los bonos que los fondos de pensiones salieron a vender para financiar el 10 % de retiro. En otras palabras, subirá la tasa de interés de los créditos hipotecarios y el deudor tendrá que meterse la mano al bolsillo para cubrir la diferencia entre el precio de la vivienda que pretende comprar y el monto del crédito obtenido. Otro golpe para el mercado inmobiliario a menos que el precio de los inmuebles baje más de lo que ya lo han hecho. Los ahorrantes que han invertido en fondos mutuos inmobiliarios u obtienen la renta de su arriendo cosecharán las pérdidas.

A los efectos de corto plazo señalados, se sumará otro de largo plazo que a los parlamentarios no les preocupa porque cuando se deje sentir, ya no lo serán o no pocos estarán muertos. Los estudiosos del tema saben que un retiro del 10 % del saldo acumulado de la cuenta individual tendrá un impacto cuando llegue el momento de pensionarse y la pensión será hasta un 9 % inferior a los que obtendría si el discutido derecho a retiro no existiera. ¿Quién pagará la diferencia? El estado afirma algunos. Falso, serán los contribuyentes que están legalmente obligados por unos funcionarios privilegiados que se llaman parlamentario, los mismos que han aprobado el actual desaguisado.

Ignorando la recesión que nos ha llegado, con una caída probable del PIB 5 a 6 % este año y una desocupación que podrá elevarse al 15 %, los 14 díscolos diputados votaron en contra de la opinión de sus electores como si fueran dioses del olimpo. 4 de la UDI, 9 de RN y sorprendentemente, el presidente de RN que se abstuvo (se hizo el leso). Esta conducta no es gratuita. Nos es muy cara. 14 parlamentario que nos cuestan $ 132 millones mensuales en dietas, más $ 188 en “gastos de operaciones”, más $ 22 millones en asesorías externas, más $ 104 millones para pagar a sus “117 secretarios personales”, en total $ 446 millones, casi medio millón de dólares.

Los efectos económicos señalados más arriba ni siquiera suscitaron la curiosidad entre los 14 y sus 117 asesores personales. De la oposición, solo regocijo porque se estarán iniciando la destrucción del sistema previsional como sucedió en Perú y antes, cuando el gobierno argentino simplemente nacionalizó las cuentas individuales de su sistema previsional. De continuar este proceso en el Senado y consumada la desgracia, es de esperar que sea vetado por el ejecutivo.


Javier Fuenzalida

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