Es imprescindible que el Estado —quien ejerce el cuidado personal de quienes viven en residencias— garantice un acompañamiento integral no solo en el ámbito educativo, sino también en su inserción laboral, acceso a la vivienda, capacitación y construcción de redes de apoyo.
A través de encuentros y diálogos con la sociedad civil y la infancia, se logró aportar una perspectiva valiosa para asegurar que las voces de los más jóvenes, especialmente de aquellos en situación de vulnerabilidad, fueran escuchadas y consideradas en la formulación de esta política.
Estimo que el análisis debe ser más profundo que ello, trasladando la discusión hacia la evaluación del por qué los niños llegan tan masivamente a las residencias y por tan largos tiempos.