Con las tasas de interés altas y el mercado laboral aún sin estabilizarse, la compra de viviendas ha estado refrenada, sobre todo en la figura del inversionista “hormiga”, es decir, aquellas personas que compran entre uno y hasta cuatro departamentos, con la intención de luego arrendarlos, como parte de una estrategia de inversión.
Ante el actual escenario económico, muchas personas han debido postergar la decisión de compra y optar por un arriendo. Frente a este panorama, ha ido tomando fuerza una modalidad intermedia, los arriendos con promesa de compra-venta.