En la reciente COP26, Chile lideró una variedad de iniciativas entre ellas el plan “Ciudades 2050” para cumplir con las metas establecidas para el sector construcción, en la Estrategia Climática de Largo Plazo de Chile (ECPL), la que define el marco para alcanzar la carbono neutralidad al 2050. Sabemos que son muchas las problemáticas que hoy estamos enfrentando como sociedad y que, sin duda, desafía a nuestras ciudades en Chile y a sus habitantes.
Durante la COP26 desarrollada en Glasgow, se escucharon todo tipo de anuncios. Ya se contaba con el acuerdo del G20, recién reunido en Roma, en el que las 20 naciones más desarrolladas, reafirmaron el objetivo del Acuerdo de París, de limitar el alza de la temperatura del planeta por debajo de los 2ºC, continuar sus esfuerzos para limitarla a 1,5ºC y alcanzar niveles preindustriales.
La Agenda 2030 comprende varios ODS enfocados en la prosperidad. Esta se asocia hoy, con un equilibrio entre las personas y el planeta, por lo tanto, la industria debe ir, sin duda, hacia una producción que reduzca sus impactos negativos.
En Chile, más de 10 millones de personas sufren de obesidad o sobrepeso según cifras de la Federación Mundial de Obesidad (World Obesity Federation y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha definido como una enfermedad crónica y multifactorial. Y los números empeoran; el 60% de nuestros niños de quinto básico tiene sobrepeso u obesidad.
La insuficiente presencia de la mujer en el poder, su baja posición como tomadora de decisiones, la desigualdad en su desarrollo económico y social, las remuneraciones disimiles con los hombres por un mismo trabajo y, lo que es peor, los continuos abusos físicos y sexuales a los que están expuestas, hacen que el objetivo de cerrar las brechas sea cada vez más apremiante.