Actualmente, Chile es el segundo país de la OCDE con mayor obesidad adulta (34,4 %) y el 74,2 % de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Estas cifras reflejan entornos poco saludables, desigualdad social y educativa, acceso limitado a estilos de vida activos y políticas públicas que no han logrado un impacto significativo, pese al aumento del presupuesto en los últimos 15 años.
Según estimaciones de la Federación Mundial de la Obesidad, en Chile, el 83 % de los adultos registra un índice de masa corporal elevado, y el 42 % presenta obesidad.
“Se definen como sujetos obesos aquellos que presentan porcentajes de grasa corporal por encima del 25% en los hombres y del 33% en las mujeres”, explica la doctora Natalia Toro Funes, experta de VIU.
Si bien nuestro país viene arrastrando este problema previo a la llegada del Covid-19, esta enfermedad- y los colaterales que trae consigo- ha aumentado desde el 2020 en adelante.
En Chile, unas 4 millones de personas mayores de 18 años padecen de obesidad, según lo estimado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) .
El especialista en genética e investigador de la Universidad de Santiago, Dr. Francisco Cubillos, afirma que resulta imperioso identificar a las personas que forman parte del 29,9% de los adultos chilenos que portan la variante defectuosa del gen FTO, para así incentivar la asignación de dietas acordes al genotipo de esta población.