Hace un par de semanas el Gobierno presentó un proyecto para regular las parcelaciones en nuestro país. Si bien la propuesta busca elevar los estándares para habitar la ruralidad, lo cual va en el camino correcto, llama la atención las contradicciones de esta iniciativa en relación a la promesa del Ejecutivo de disminuir la permisología.
El cambio climático y la crisis medioambiental son fenómenos con los que definitivamente la humanidad está en deuda, pues no hemos sido capaces de tomar medidas profundas para detener su avance.
El cambio climático y la crisis medioambiental son fenómenos con los que definitivamente la humanidad está en deuda, pues no hemos sido capaces de tomar medidas profundas para detener su avance.
En julio pasado, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) suspendió la certificación de subdivisiones de predios rústicos, producto del abuso que ha tenido el decreto 3.516 y por la presión de quienes buscan prohibir.
A raíz del debate sobre la lamentable fragmentación de terrenos en Aysén, creo importante hacer la correcta diferenciación entre aquellos proyectos que se aprovechan del vacío legal existente para explotar predios de manera agresiva y poco sustentable, versus el nuevo concepto de parques de conservación habitable que buscan absorber la inevitable migración ciudad-campo pero de manera responsable con el medioambiente y sus comunidades.
Hoy es el Día de la Tierra, pero no es un día de festejo. Desde que se comenzó a conmemorar esta fecha en 1970, la crisis por el cambio climático ha avanzado más rápido que nuestras acciones para detenerlo.
El Plan Nacional de Restauración de Paisajes, dado a conocer recientemente, es una meta ambiciosa y positiva para el país, que busca restaurar, proteger y conservar nuestros paisajes y ecosistemas
A propósito del aumento sostenido de loteos, especialmente en la Patagonia, hoy vemos cómo la fragmentación y la falta de criterio en el ordenamiento territorial provocan la pérdida de la ruralidad, la intervención del paisaje, la presencia de animales domésticos que interfieren con la fauna local, la contaminación de riberas por el obsoleto concepto inmobiliario de “primera línea”, sumado a una larga lista de intervenciones no armónicas con el medio ambiente que implementan la mayoría de los desarrolladores rurales de nuestro país.