Esta obligación surge del deber de cuidado establecido en el Código del Trabajo, el cual ha sido reforzado por numerosos fallos judiciales, transformando este deber en una responsabilidad de resultados: si ocurre un accidente, el empleador deberá asumir la responsabilidad, independientemente de la diligencia aplicada para prevenirlo.
Las nuevas tecnologías lejos de ser negativas, prometen un aumento y crecimiento de los mercados como nunca se ha visto en la historia, pero sólo para los países que en la aldea global sean capaces de adaptar sus legislaciones laborales a la nueva realidad.