Margarita Ducci



Margarita Ducci

Circulando por Manhattan, mientras asistía a la Cumbre de Líderes de Pacto Global, nuevamente me sorprendió el perder de vista la silueta de los edificios y caminar permanentemente bajo andamios y veredas techadas por éstos.

Más de 190 países se reunieron en Cali, Colombia, en la COP16 de la Convención sobre la Diversidad Biológica, entre ellos, una importante delegación de Chile. Esta conferencia no sólo nos recuerda la vital importancia de conservar nuestra biodiversidad, sino que nos impulsa a tomar medidas urgentes ya que los objetivos de la COP16 no pueden lograrse sin una colaboración multisectorial, en la que las empresas tienen un rol clave.


Seamos claros. No hay forma de detener el cambio climático sino a través de un cambio de paradigma con la modificación profunda de nuestro sistema productivo, incorporación de tecnologías limpias y hábitos de consumo. Si bien hoy existe un compromiso compartido por gran parte de las naciones y organizaciones internacionales para avanzar en esa línea, la realidad nos muestra a diario que debemos acelerar el paso con sentido de urgencia.

Hace algunos días se desarrollaron varios eventos mundiales de manera paralela en la sede de la ONU en Nueva York, donde tuve la oportunidad de participar, representando a la red de Chile, de Pacto Global y a nuestras empresas socias. La Cumbre de Líderes de Pacto Global de Naciones Unidas que se realiza cada año, este 2024 estuvo marcada por un llamado a una acción colectiva eficaz y un compromiso ineludible de las empresas, con metas específicas en cinco áreas concretas para avanzar en los ODS, que llevan un significativo atraso. En ese contexto, la ciencia, la tecnología, la innovación, la inteligencia artificial y la cooperación conformaron pilares fundamentales para plantear soluciones viables y avanzar hacia un futuro más equilibrado.

A pocas semanas de celebrarse la COP 29, en Bakú, Azerbaiyán, el mundo se enfrenta a un desafío crítico: transformar promesas en acciones tangibles. La COP 29 ya ha sido apodada la “COP de las finanzas”, pero más allá de la retórica y las expectativas, este evento representa una oportunidad histórica para que las empresas del mundo tomen un rol protagónico en la lucha contra el cambio climático. El presidente designado de la COP 29, Mukhtar Babayev, ha subrayado que se necesitarán “todas las manos a la obra” para avanzar en los dos pilares fundamentales: el aumento de la ambición y la facilitación de las medidas concretas de acción.

El avance en una mayor participación de la mujer en todas las áreas, sectores y actividades no sólo es necesario, sino fundamental, por el enorme valor que tiene su contribución a la toma de decisiones, y el aporte que significa, contribuir con sus conocimientos y experiencia en beneficio de una sociedad mejor para todos.

Crear espacios y soluciones que impacten de manera positiva al entorno y a la sociedad en su conjunto, es fundamental en la actualidad, donde la sostenibilidad y los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) se han convertido en aspectos cruciales para el éxito empresarial y su reputación. Ese reconocimiento se traduce en una mayor lealtad de sus colaboradores y de sus clientes y crea confianza en todos sus grupos de interés. Por consiguiente, un mejor posicionamiento en el mercado, aportando más valor al negocio.

En el contexto empresarial, el respeto de los derechos de las personas funciona como una hoja de ruta hacia diversas temáticas de gran relevancia para las organizaciones, tales como el concepto amplio de desarrollo sostenible, la gestión de los riesgos externos a la empresa, el cumplimiento normativo y la generación de una cultura cohesionadora y productiva.

En un mundo en constante transformación y cada vez más consciente de los desafíos medioambientales, las empresas enfrentan dilemas inéditos: En síntesis: ¿Cómo crecer de manera sostenible sin comprometer nuestro planeta? La respuesta radica, por supuesto, en sus posibilidades y en el grado de compromiso con su entorno y la sociedad. Las soluciones van de la mano también con el nivel de desarrollo de la innovación y la prioridad otorgada a la sostenibilidad, un balance que debe converger para la encontrar la fórmula óptima.

La innovación implica la creación y aplicación de nuevas ideas, procesos, productos o servicios que generan valor, mientras que la sostenibilidad se refiere a satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.