|
Margarita Ducci |
En un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales y sociales, las empresas e inversionistas tienen una oportunidad única para liderar el cambio hacia un futuro sostenible. La integración de criterios ESG no sólo es una responsabilidad ética, sino también una estrategia empresarial inteligente que puede generar beneficios a largo plazo para todos. Sin embargo, recientemente, a nivel mundial, han surgido críticas y resistencias hacia estos criterios, lo que sin duda es un grave error estratégico para las empresas que lo reconsideren o decidan ignorarlo.
El informe de “Transparencia Internacional” expone una realidad preocupante: Chile ha caído al puesto 32 en el ranking de percepción de la corrupción, calificado con el puntaje más bajo desde la década de los 90.
En estos días, a raíz de las voces de distintos expertos en el marco del Día Mundial del Agua, no podemos dejar de destacar el rol que cumplen los glaciares, como reservas fundamentales de agua para el planeta, y la necesidad urgente de su protección. Nuestro país alberga el 76% de los glaciares de Latinoamérica, constituyendo reservas estratégicas de agua y actuando como indicadores del cambio climático.
La naturaleza nos regala lecciones valiosas sobre cómo resolver problemas complejos. Un estudio publicado en un prestigioso medio, que compara la capacidad de las hormigas y los humanos para encontrar soluciones en equipo, demuestra que estos pequeños insectos sociales tienen mucho que enseñarnos sobre colaboración y sostenibilidad. En un mundo con crisis climática, desigualdades sociales y pérdida de biodiversidad, ¿Qué podemos aprender de las hormigas para enfrentar los grandes desafíos de nuestro tiempo?
El 2024 ha marcado un antes y un después en la historia de nuestro planeta. Con una temperatura media que superó por primera vez el umbral de 1,5 °C establecido por el Acuerdo de París, la tierra ha experimentado un año de extremos climáticos que han dejado huellas profundas tanto en la naturaleza como en la economía global.
Chile ha avanzado significativamente hacia su meta de electromovilidad y el país ha implementado diversas estrategias y políticas que han permitido un progreso notable en este ámbito.
Chile, un país que se extiende a lo largo de una geografía diversa y desafiante, enfrenta retos significativos en la gestión de sus recursos hídricos, lo que implica sortear un tema central para el crecimiento, el desarrollo sostenible y el bienestar de las personas. Por ello debemos hacernos cargo con sentido de urgencia de este tema, a raíz del implacable cambio climático.
Circulando por Manhattan, mientras asistía a la Cumbre de Líderes de Pacto Global, nuevamente me sorprendió el perder de vista la silueta de los edificios y caminar permanentemente bajo andamios y veredas techadas por éstos.
Más de 190 países se reunieron en Cali, Colombia, en la COP16 de la Convención sobre la Diversidad Biológica, entre ellos, una importante delegación de Chile. Esta conferencia no sólo nos recuerda la vital importancia de conservar nuestra biodiversidad, sino que nos impulsa a tomar medidas urgentes ya que los objetivos de la COP16 no pueden lograrse sin una colaboración multisectorial, en la que las empresas tienen un rol clave.
Seamos claros. No hay forma de detener el cambio climático sino a través de un cambio de paradigma con la modificación profunda de nuestro sistema productivo, incorporación de tecnologías limpias y hábitos de consumo. Si bien hoy existe un compromiso compartido por gran parte de las naciones y organizaciones internacionales para avanzar en esa línea, la realidad nos muestra a diario que debemos acelerar el paso con sentido de urgencia.