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Gabriela González |
Hoy, casi el 20 % de las matrículas en STEM son femeninas, y en ingeniería ya superamos el 30 % en las principales universidades. Pero seguimos enfrentando barreras: sesgos explícitos y sutiles, la falta de referentes, la soledad en aulas y reuniones, y la necesidad constante de “demostrar más”.
Hasta los años 90, la presencia femenina en la construcción chilena era marginal, representando menos del 5% de la fuerza laboral del sector, principalmente en roles administrativos y de apoyo. La cultura organizacional y los estereotipos de género limitaban el acceso de las mujeres a posiciones operativas y técnicas.
La Construcción, un sector que imprime dinamismo a cualquier economía, se ha caracterizado por ser una industria históricamente masculina. Si bien, en los últimos años se ha abierto a la incorporación de fuerza laboral femenina, aún existen brechas importantes.