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Claudio Zepeda |
En las últimas décadas, hemos sido testigos de un cambio importante en los patrones de consumo, en gran parte impulsado por la Generación Z, aquellos nacidos entre 1997 y 2012. Esta generación la primera en haber crecido en un mundo completamente digital, ha comenzado a redefinir la relación entre los consumidores y los centros comerciales, obligando a estos últimos a adaptarse a los tiempos.
La tragedia del incendio en Viña del Mar con sus consecuencias devastadoras en términos de pérdidas humanas y daños materiales generó un clima de desconfianza y pesimismo en las familias viñamarinas. El impacto emocional y psicológico de este tipo de sucesos repercutió en la percepción general de seguridad, estabilidad y confianza en las instituciones y por consiguiente en el consumo de bienes y servicios, contribuyendo a un ambiente de mayor cautela y preocupación en términos económicos y sociales.