El rechazo al comunismo y continuismo hará que José Antonio Kast sea el próximo presidente de Chile.
Los chilenos no admiran al comunismo, y no es una retórica o una majadería intelectual, ya que se cree en la propiedad privada, por consiguiente, no se tiene como modelos a regímenes donde mantiene vigencia. La razón es muy obvia, ya que el ser humano busca el bienestar y progreso, lo que no está en la filosofía de los sistemas comunistas, que aspiran al control estatal de los medios de producción.
El comunismo en el mundo ha fracasado. Donde persiste es por la fuerza como China, Nicaragua, Cuba y Corea del Norte, con opresión del pueblo, y negación del pluralismo, y por ende, de la democracia en su esencia.
La candidata Jara es militante desde los 14 años, habiendo ingresado al partido en el año 1998, y por ende, su adhesión a los principios marxistas leninistas no podría estar en duda, ni aún asumiendo el argumento que hoy representa a una coalición.
Aunque día a día se maquille de diversa forma, es comunista. No puede pretender hacer creer hoy al electorado que es una socialdemócrata, lo que no es más que parte de la artimaña que busca engañar al votante.
La estrategia de buscar distancia y marcar contrapuntos con el gobierno actual, no ha resultado. El votante difícilmente querrá votar por Jara, como continuadora del gobierno de Boric, ya que se quiere el cambio y ojalá lo más radical posible. Votar por Jara sería mantener un exiguo crecimiento económico, una errada política migratoria, una débil política pública de persecución del crimen organizado y narcotráfico, la nula atracción de capitales extranjeros, ridícula tasa de creación de empleo, en fin, se necesita un cambio y eso solo lo logrará el candidato Kast.
No se podría confiar en un candidato que traicionó al gobierno de que formó parte, tanto en calidad de ministra, como parte del Comité Político, ya que sería más de lo mismo; y cada cierto tiempo se vería su real formación, como cuando sin argumentos afirmó que la ganadora del Nobel de la Paz Sra. María Corina Machado era una “golpista”.
En resumen, los ciudadanos no votarán por Jara, tanto por ser comunista, como por haber sido parte del nefasto gobierno de Gabriel Boric, ya que representa la opción del fracaso y suma de males para Chile.
MIGUEL BRUNAUD RAMOS
Profesor de Derecho Económico
Facultad de Derecho de la Universidad de Chile