MADRID 24 Nov. (EUROPA PRESS) - Los países que conforman América Latina utilizan la diplomacia pragmática, o económica, para buscar inversiones y acuerdos de cooperación con diferentes potencias mundiales, como Estados Unidos, Europa o China, sin compromisos ideológicos rígidos para seguir impulsando su crecimiento.
Es una de las conclusiones que destaca el informe 'Latam 2026: Claves y proyecciones del entorno político-regulatorio en América Latina', elaborado por la consultora Kreab, donde los autores resaltan que, pese a la fuerte volatilidad, el entorno político-regulatorio de esta región emite señales de optimismo de cara a los próximos meses como consecuencia de esa diplomacia económica.
Dentro de esta estrategia sobresale el papel de China. El país se ha consolidado como primer socio comercial en Brasil, Chile, Perú y también en Argentina, y la tendencia es que "profundice su rol como comprador de materias primas y expanda proyectos de infraestructura, energía e influencia tecnológica en la región" en 2026.
Al mismo tiempo, el gigante asiático aprovechará los vacíos occidentales para ofrecer préstamos y financiamientos flexibles en esta zona geográfica.
En contra, Estados Unidos continuará reforzando la relocalización de industrias hacia México y Centroamérica para reducir su dependencia de Asia, pero también buscará la manera de limitar la adopción de tecnología procedente de este país en América Latina.
No obstante, en el caso estadounidense pesa la presión migratoria, "un factor clave para recibir (o no) el apoyo de la Administración Trump, incluyendo cambios arancelarios" por parte de los gobernantes de América Latina.
Por otra parte, el acuerdo comercial de Mercosur-UE, que se firmará el próximo 20 de diciembre en Brasil tras 25 años de negociaciones, se sumará a la lista de lazos comerciales con otros bloques económicos. En este sentido, los autores de informe esperan "un incremento de las inversiones verdes por parte de Europa" y señalan la importancia del apoyo europeo en temas de gobernanza democrática, justicia y derechos humanos para la estabilidad de la región.
POR PAÍSES
La persistencia de ciclos electorales en países clave en la región, como Chile, Brasil, Colombia o Perú, afecta al entorno regulatorio de estos países.
En Argentina, donde el presidente Javier Milei ha revalidado su posición en los últimos comicios legislativos de octubre, el Gobierno "buscará profundizar la desregulación, la apertura comercial y las reformas pro-mercado, con el objetivo de generar un entorno más competitivo y previsible", pese a la existencia de vulnerabilidades macroeconómicas y a la imposición de políticas que generen volatilidad y cambios regulatorios para las empresas.
"La solidez de las reservas depende marcadamente del vínculo con Washington, por lo que un shock inesperado en la política estadounidense podría trasladarse rápidamente al escenario doméstico", recoge el informe, con ejemplos como una posible revisión de la línea 'swap' de 20.000 millones de dólares, un aumento unilateral de aranceles o una salida abrupta de capitales.
Respecto a Brasil, los autores del informe apuntan que las elecciones presidenciales que tendrán lugar en 2026 "generarán incertidumbre política y económica que afectará el flujo de inversiones" en un momento en el que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva enfrenta el desafío de equilibrar el ajuste fiscal con la presión social por el mantenimiento de programas esenciales.
Tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en Chile el ahorro fiscal y el objetivo de volver a crecer "son los grandes retos" para el próximo presidente del país, al tiempo que Colombia enfrenta retos significativos para reducir su déficit fiscal y el endeudamiento, ambos en niveles que no se veían desde la pandemia, mientras que la inversión acentúa su caída desde 2022.
Asimismo, el 'nearshoring' y la integración regional impulsan expectativas de recuperación económica en México, donde el Gobierno de Claudia Sheinbaum también está buscando incentivar las inversiones en territorio nacional mientras intenta fortalecer la relación con Estados Unidos en plena revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).