MADRID 22 Oct. (EUROPA PRESS) - La Policía de Irlanda, la Garda Síochána, ha iniciado una investigación criminal tras el arresto de seis personas en la noche de este martes a raíz de los actos violentos que han seguido a una manifestación de cerca de 2.000 personas frente al centro de acogida para solicitantes de asilo en el antiguo complejo hotelero de Citywest, en el oeste del condado de Dublín.
Varios hombres encapuchados y enmascarados han lanzado proyectiles y pirotecnia contra la Garda en los momentos finales de una manifestación en los que también han vandalizado una parada de tranvía y han llegado a prender fuego a un furgón policial, sucesos ante los que se han desplegado agentes antidisturbios, la Unidad Montada, la Unidad Canina, el Apoyo Aéreo y un cañón de agua, según ha informado la radiotelevisión pública irlandesa, RTÉ, acerca de un operativo que ha implicado a más de 300 agentes.
En los enfrentamientos con los agentes de la Garda, los gardaí, algunos manifestantes han tratado de romper el cordón policial, incluso haciendo uso de caballos y de un carruaje, mientras que otros han lanzado conos de tráfico, ladrillos, botellas, basura y otros proyectiles, así como fuegos artificiales y petardos.
En este escenario, en el que una agente policial ha resultado herida y seis personas han sido detenidas por delitos de orden público, la Garda ha bloqueado la carretera y se han suspendido los servicios de transporte público en la zona.
Con todo, la Policía irlandesa ha logrado dispersar la protesta sobre las diez de la noche sin llegar a hacer uso del cañón de agua, desplegado por primera vez desde su adquisición hace dos años a raíz de los disturbios promovidos por grupos de ultraderecha en el centro de Dublín.
El comisario de la Garda, Justin Kelly, ha declarado que esta institución siempre facilitará las protestas pacíficas, pero ha calificado lo ocurrido frente a las instalaciones del Citywest de "brutalidad" y ha tachado de "turba" a las personas que, según él, han emprendido los enfrentamientos con sus agentes.
Por su parte, el primer ministro de Irlanda, Micheál Martin, ha emitido un comunicado condenando "enérgicamente los violentos disturbios ocurridos en Citywest".
"Rindo homenaje a los gardaí de primera línea, que han actuado con valentía y rapidez para restablecer el orden", ha afirmado, destacando que el cuerpo policial "protege a todos y tiene una orgullosa tradición de servicio al pueblo irlandés".
En este sentido, ha sostenido que "no hay justificación para los viles abusos contra ellos ni para los intentos de agresión y los ataques contra miembros de la fuerza, que conmocionarán a toda persona sensata".