Desempleo

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Luis Riveros ok

El desempleo abierto es más que un simple indicador económico. Habla del grado de ineficiencia de la economía, especialmente en cuanto a una actividad económica que desplaza al factor humano en forma permanente o transitoria. Es permanente en consideración al cambio tecnológico y la sustitución del trabajo, y es de índole transitoria cuando se trata solamente del ajuste productivo a una situación de reducción en la actividad económica agregada. Pero, lo más importante, es que es un fenómeno que afecta la dignidad humana, amenaza a la estabilidad de la familia y se convierte en un factor que genera obsolescencia del capital humano. Por eso debe ser atendido con prioridad en la política económica, especialmente en el campo de la convertibilidad laboral y la capacitación, donde el término reinserción cobra vigencia de manera muy relevante. Por cierto, en el marco macroeconómico todo aquello que vaya en pro del crecimiento y la inversión es una forma de alentar la creación de empleo, y por eso deben privilegiarse atenuando la incidencia de otras variables.


El desempleo abierto se mide a través de la pregunta usual en encuestas de empleo y desempleo: ¿qué hizo Ud. durante la semana pasada (o período de referencia que se use)?. Si la respuesta es “estuve buscando empleo”, la persona interrogada se clasifica como desempleado. Ciertamente, la pregunta usualmente no asocia una expectativa salarial determinada tras su proceso de búsqueda activa de una ocupación. Expresadas como proporción de la fuerza de trabajo, estas personas se incluyen en la llamada tasa de desempleo, que es el actual 8,7% que estima el INE, equivalente varios miles de chilenos y chilenas. Esta cifra incluye tanto a aquellos que han perdido su empleo (cesantes) como aquellos que buscan ocupación por primera vez. Esta cifra está por encima de la llamada tasa de desempleo de largo plazo, que considera los naturales vaivenes causados tanto por la incorporación de nuevos partícipes del mercado laboral como debido a la natural tasa de rotación en los empleos. Es decir, a pesar de ser una cifra por encima de lo normal, es posible concluir que el desempleo abierto no constituye una señal de extrema alarma a pesar de lo preocupante que debiera ser en la política económica el alcanzar niveles de plena ocupación de la fuerza de trabajo.


El problema tiene otra dimensión, sin embargo, si se considera que hay muchas personas en situación de inactividad (es decir, se encuentran fuera de la fuerza de trabajo) pero que declaran que iniciarían una búsqueda activa de empleo si acaso consideraran la posibilidad de encontrarlo. Aquí están los llamados “desempleados desalentados”, quienes no siguen buscando empleo activamente porque piensan que no tendrán efectivamente posibilidades de encontrarlo. En la medida en que la actividad económica se recupera, es posible que estas personas pasen a ser desempleados abiertamente, levantando nuevos retos en términos de actividad económica y empleo. Las cifras son preocupantes, ya que se estima que por este concepto subiría el actual desempleo arriba del 20% de la fuerza laboral, considerándose esto una presión significativa sobre la actividad económica para generar ocupaciones suficientes.


Las preocupaciones sobre el desempleo vigente en la economía son muy importantes en el campo del bienestar social. Es especialmente preocupante observar contingentes importantes de jóvenes desempleados, que buscan su subsistencia en actividades al margen de la ley y la sociedad. Readecuar la educación y las políticas de reinserción y capacitación son aspectos vitales que deben considerarse en cualquier programa que intente alentar el empleo, aumentar la eficiencia productiva y reducir la segregación social.


Prof. Luis A. Riveros

Universidad Central

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