Señor Director:
Los defensores del actual diseño del impuesto territorial y su progresividad teórica, sostienen que las contribuciones aumentan exclusivamente debido a las inversiones estatales que generan plusvalías. Esta premisa es parcialmente cierta, pero omite que dicho incremento no produzca flujo alguno para el propietario original ni obedece a una decisión voluntaria.
Muchos adquirieron sus viviendas cuando ciertos barrios aún eran incipientes y accesibles. Es el caso de conjuntos construidos entre 1950 y 1970 por la CORVI o las Cajas de Empleados, dirigidos a la clase media profesional y al personal uniformado. Sectores como Villa Frei en Ñuñoa, Villa El Dorado en Vitacura, Lo Belloto o barrio Dinamarca en Providencia, barrio Echeñique en La Reina o Villa Macul no fueron concebidos para el “20% más rico”.
Hoy, estas comunas exhiben los mayores índices de envejecimiento (entre 110 y 135 mayores por cada 100 menores de 15 años) y sufrieron un alza promedio del 20% en sus avalúos en 2022. Mientras la población envejece, la carga tributaria crece.
Ampliar la exención a los pensionados que hoy quedan fuera costaría menos del 1% de los ingresos municipales totales, un acto elemental de justicia tributaria.
Demetrio V. Benito O.
Perito Tasador.