La receta médica representa la culminación de un acto clínico fundamental. No es un simple papel, sino una indicación precisa e individualizada que debe ser comprendida, ejecutada y respetada por todos los actores del sistema de salud. Por esta razón, trasladar este proceso a un formato electrónico universal, seguro, trazable y legible debe constituir una prioridad para la salud pública y privada de nuestro país.
En RECEMED, llevamos cinco años operando con más de 800 mil pacientes que han accedido al sistema para continuar sus tratamientos de forma segura, ágil y trazable. Estamos hablando de una herramienta operativa, probada y que hoy entrega beneficios directos tanto a pacientes como a profesionales de la salud. Entonces, ¿por qué seguimos postergando su implementación obligatoria?.
Esperar cuatro años más para tener una ley plenamente implementada representa una pérdida de oportunidad para mejorar sustancialmente nuestro sistema de salud. La tecnología está disponible y habilitada, lo que realmente necesitamos es voluntad política para acelerar su adopción. Incluso no es necesario una ley, puesto que el marco regulatorio actual que exige una Firma Electrónica Avanzada y su reciente homologación para sistemas con verificación de Clave Única son bastante robustos.
Los beneficios son contundentes, elimina errores por caligrafía o interpretación, ofrece alternativas terapéuticas y alerta sobre contraindicaciones. Para las farmacias, permite recibir información en tiempo real, optimizar la gestión de inventarios y agilizar las entregas. Además, facilita la trazabilidad del uso de medicamentos, fortalece los procesos de fiscalización y proporciona información valiosa para el seguimiento de la evolución del paciente, mejorando así la continuidad asistencial y los resultados terapéuticos.
Y más importante aún, responde a desafíos actuales. como los casos recientes de suplantación de identidad a profesionales médicos o fallas en lotes de medicamentos. La receta electrónica habría permitido prevenir estas situaciones, los datos de los profesionales de la salud se pueden verificar automáticamente y, ante fallas de lotes, es posible contactar directamente a los pacientes afectados para informarles oportunamente, superando las limitaciones de los comunicados masivos tradicionales que dependen de que cada paciente reciba y comprenda la información.
Desde RECEMED hacemos un llamado a las autoridades sanitarias y legislativas para que aceleren los plazos de implementación de la receta electrónica obligatoria. La evidencia está disponible, la tecnología funciona y los beneficios son indiscutibles.
Necesitamos liderazgo político, decisión legislativa y apoyo ciudadano para avanzar en esta transformación digital del sector salud. Mientras continuamos con procesos burocráticos que dilatan innecesariamente la implementación, perdemos oportunidades valiosas de prevenir errores médicos, mejorar la seguridad de los pacientes y optimizar los recursos del sistema de salud.
Pablo Jaña CEO de RECEMED