Sr. Director,
El compromiso del Gobierno en la Cuenta Pública, de inyectar USD $14 millones a programas de Supercómputo e IA generan optimismo, pero también muchas dudas.
El Estado es solo un actor más dentro del ecosistema tecnológico en cuanto a inversiones y lo más preocupante son los datos macro: Chile inyecta cerca del 0,39% del PIB a I+D, bajo el promedio de la OCDE, que alcanza un 2,72% . Es decir, faltan USD $8.000 millones de inversión pública y privada, para ser realmente competitivos.
¿Es todo? Hay más: se requiere con urgencia un cambio de mentalidad. Salvo excepciones, los emprendimientos Tech locales apuntan a servicios basados en plataformas y modelos ya probados en otros lugares. Falta el salto a la verdadera innovación, lo que implica tomar riesgos mayores. Y en ese punto el Estado juega un rol clave, que es generar las condiciones que faciliten a los emprendedores a tomar esos riesgos, con regulaciones claras, incentivos a nivel universitario y ser un verdadero articulador de alianzas estratégicas con otras regiones del mundo.
Por lo pronto, la brecha con la OCDE también está repercutiendo en los salarios TI a nivel regional: lejos de liderar, Chile tiene la quinta posición en Latam.
El cambio es urgente y requiere juego en equipo, para convertir al país en un verdadero Hub de innovación.
Mathilde Cordier-Hüni,
Fundadora de ADA For Solutions y socia de Kabeli