MADRID 23 May. (EUROPA PRESS) -
En 2024, las ventas de obras creadas después del año 2000 han caído un 27%, acumulando un descenso del 41% desde 2021. Sin embargo, esta caída se concentra en las obras de alto valor, las que superan el millón de euros, porque el arte "asequible" vive un nuevo impulso por segundo año consecutivo, según se desprende del Informe del Arte Contemporáneo 2025 (HAT 100) de Hiscox, compañía aseguradora especializada en seguros de arte y altos patrimonios.
Así, el mercado de obras por debajo de los 50.000 euros muestra una crecimiento, porque en 2024 se vendieron 4.684 lotes en este rango de precios, un 20% más que en 2023 año que ya había crecido un 25% respecto al anterior.
Sin embargo, el informe augura que el mercado del arte contemporáneo sufre "síntomas de agotamiento" y señala que las obras de alto valor, qque representaban el 43% de las ventas del arte de después del año 2000, han caído un 41% en valor y un 31% en número de lotes vendidos.
"Esta tendencia no parece deberse a un desinterés por el arte contemporáneo, sino al contexto económico actual marcado por la inflación y la subida de tipos de interés, entre otros", apunta el informe.
En cuanto a las obras más asequibles, el valor total de las ventas aumentó un 5% hasta los 59 millones de euros y según el informe, algunos de los artistas que más han resonado en el mercado en este rango de precios han sido Damien Hirst, Therry Noir, Yoshitomo Nara, Atajo Rokkaku y Julian Opie.
Aunque el mercado de los artistas menores de 45 años ha sido uno de los segmentos más activos en los últimos años, el informe revela que el valor de las ventas ha caído un 49% en 2024, en comparación con el año anterior. Además, las ventas por número de lotes también han caído un 7%.
Por su parte, los coleccionistas más jóvenes están entrando en el mercado y muestran una preferencia por las obras de artistas de su generación. Así, según la Encuesta de Art Basel y UBS sobre el coleccionismo mundial en 2024, que se desprende del informe de Hiscox, los grandes patrimonios de la Generación Z destinaron el 55% de su dinero a la compra de obras de artistas nuevos y emergentes.