Sr. Director,
La última encuesta CEP confirma un cambio en las prioridades de la ciudadanía: la seguridad se consolida como el principal desafío para el país, seguida por el narcotráfico y la corrupción, que ocupan el quinto y sexto lugar, respectivamente.
El crimen organizado, aunque de aparición reciente en Chile, tiene un alcance tan profundo que amenaza la estabilidad democrática y la viabilidad de nuestra sociedad: corrompe las instituciones, debilita la cohesión social, destruye las estructuras socio-territoriales e impide el desarrollo económico.
Frente a este escenario, el Estado reacciona tarde, sin articulación ni inteligencia efectiva, mientras las redes criminales ganan terreno a un nivel preocupante. La sensación es de impasibilidad ante una corrupción desbordada y una impunidad cada vez más normalizada.
En paralelo, el 85% de los encuestados percibe que el país está estancado o en decadencia. En lo económico, el Estado debe recuperar su capacidad de gestión estratégica. No se trata sólo de “permisología”, sino de eficiencia, evaluación de impacto, asignación adecuada de recursos y profesionalización del aparato público.
La observancia de estos dos grandes ámbitos debe ocupar parte prioritaria de la agenda para los futuros gobiernos. Seguridad y buena gestión no son temas separados: sin orden ni confianza en las instituciones, no hay desarrollo posible.
Eric Latorre
Director Magíster en Gobierno y Dirección Pública
Universidad Autónoma de Chile